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La antropóloga Tahira Vargas planteó ayer que el dominicano no es permisivo con la corrupción, sino que la sociedad no posee un sistema de justicia fuerte que sancione esa mala práctica, principalmente en funcionarios del Gobierno. Observó que la democracia dominicana es débil porque ha sido secuestrada por los partidos políticos de turno en el Gobierno.
Luego de atravesar la dictadura de Trujillo y el Balaguerato, el Estado ha sido secuestrado por los partidos que apoyados en la política clientelar han propiciado la corrupción y esta se ha legitimado. Consideró que la población ha vivido por décadas en una sociedad donde robar desde el Estado nunca se ha visto como un robo.
Indicó que el otro factor que incide en la falta de empoderamiento de los ciudadanos contra la corrupción es la baja calidad educativa y la nula educación ciudadana. Afirmó no se promueve una conciencia ciudadana porque a los gobiernos no les conviene que los ciudadanos sepan cuales son sus derechos, que el Estado es nuestro, que el dinero del Estado es nuestro y que nosotros debemos de vigilar, monitorear y exigir la rendición de cuentas.
