POR ELVIS LIMA
El procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito, dijo ayer que el país inició el camino para desterrar el antiguo sistema esclavista que ha caracterizado al régimen penitenciario dominicano.
Al pronunciar el discurso central del acto de inauguración de la Escuela Nacional Penitenciaria, Domínguez Brito también consideró que hoy más que nunca se hace necesario garantizar el debido proceso contra las arbitrariedades.
Es una reflexión de que cuando se quiere se puede, de que el dinero no es el único componente de la riqueza de los pueblos, sino que lo más importante es la voluntad política sostuvo.
Señaló que para lograr un verdadero estado de derecho se hace necesario tener cada vez más instituciones fuertes, sólidas y maduras.
Manifestó que con esa acción la Procuraduría General intenta convertir lo malo en bueno, la indiferencia en acción y la apatía en pasión.
Dijo que el hecho mismo de que el antiguo edificio que antes era icono de tiranía y torturas pase a convertirse en centro de formación a favor de la libertad, es la mejor evidencia de que la democracia se fortalece.
De su lado, Roberto Santana, director de la Escuela Penitenciaria, declaró que el centro formará jóvenes de ambos sexos para que se encarguen del cuidado de los recintos carcelarios.
Calificó de trascendental la iniciativa porque sirve de base para demostrar con hechos de que nos abocamos a una nueva filosofía del quehacer penitenciario. Porque contra todos predicamentos y tolerancia cada uno de los seres humanos necesitamos una segunda oportunidad, pero con educación, asistencia espiritual, cariño y amor, precisó Santana.
LA OBRA
El centro está ubicado en el Castillo del Cerro, San Cristóbal, y fue construido por la Oficina Supervisora de Obras del Estado a un costo de RD$35 millones.
Consta de seis aulas para docencia, cocina, comedor, despensa, lavandería y área de dormitorio. Al acto también asistieron el vicepresidente Rafael Alburquerque, el secretario de las Fuerzas Armadas, almirante Sigfrido Pared Pérez, Franklín Almeyda Rancier, secretario de Interior y Policía, Félix Bautista, de la Oficina Supervisora de Obras del Estado y el director de Prisiones, general Ramón de la Cruz Martínez, entre otras personalidades.