“Lo mismo de siempre: que uno no quiere tener relaciones con ellos y los hombres piensan que es obligado que hay que acostarse con ellos”.

Con estas palabras inicia Anyi Perdomo describiendo parte de lo  sucedido en su residencia el pasado sábado 31 de diciembre cuando su esposo, el primer teniente del Ejército Nacional  Martínez D’ Oleo Vallejo, de 33 años, intentó matarla disparándole en la boca.

 Perdomo,  27 años y madre de una niña de un año y ocho meses, está en el hospital Marcelino Vélez Santana, donde a primeras horas de la mañana de hoy los médicos intentarán sacarle la bala que se le alojó en el pecho.

Perdomo narra que no es la primera vez que es agredida y que D’ Oleo Vallejo se burlaba de ella alegando que tiene amigos importantes y   le decía que ella no era nadie.

Cuenta que un día le dijo que iría a la fiscalía a poner la denuncia y que éste respondió  “toma el número del fiscal, llámalo para que veas cómo me lo paso por el trasero a los dos”.

Además,  un día mientras estaba en Santo Domingo D’ Oleo Vallejo la golpeó y cuando  fue a poner la querella al destacamento de Haina, donde viven, no se la quisieron aceptar  alegando que la agresión había sido en la capital y como no consiguió dinero para el pasaje dejó las cosas así.

 Según contó su madre, Josefina Lorenzo, deberán buscar 40 mil pesos para pagar los gastos del hospital, dinero que no saben de dónde lo sacarán.

D’ Oleo Vallejo huyó tras cometer el hecho, sin que hasta el momento haya sido apresado.

 Perdomo dice que  está asignado a un oficial,   jefe en el Cuerpo de Ayudantes Militares, pero  tiene un año que no presta servicio.