POR GERMAN MARTE
Los prolongados apagones en horas nocturnas afectan las actividades cotidianas de los residentes en la zona norte del Distrito Nacional y han provocado una disminución de la seguridad en los barrios, debido a que los policías temen patrullar en medio de la oscuridad, afirmaron ayer los dirigentes comunitarios Alexis Peña y Luis Javier.

«Las patrullas de Barrio Seguro no penetran a los barrios cuando hay apagones, por temor a ser agredidos. Para nosotros la Policía tiene mucho miedo para penetrar en los barrios ‘calientes’, incluso de día, ¿qué será de noche con apagones?», afirmó Alexis Peña, director ejecutivo del Centro para la Paz, la Tolerancia y el Desarrollo.

Dijo que durante los apagones se reduce considerablemente el patrullaje en la zona y esto hace que las personas se recojan en sus hogares, por temor a ser atracados, incluso «hay esquinas por donde no se puede transitar».

Esta situación, según Peña, se produce en barrios como Guachupita, María Auxiliadora, Villa María, 27 de Febrero y la Loma del Chivo, donde los delincuentes se mueven con plena libertad cuando hay apagones.

De acuerdo con el dirigente comunitario, la situación afecta a las amas de casa, estudiantes, feligreses y medianos. También, a las cafeterías y colmados, ya que se reducen considerablemente la venta de cervezas, jugos y refrescos.

Asimismo, los venduteros temen salir en sus triciclos hacia el mercado en horas de la madrugada por temor a que los atraquen. Esto ocurre, principalmente entre los comerciantes del Mercadito de Los Guandules, donde son frecuentes los apagones.

EN CAPOTILLO

De acuerdo con Luis Javier, del Instituto Dominicano de Desarrollo Integral, el déficit energético afecta considerablemente a cientos de personas que viven en Capotillo y que dependen del Mercado Nuevo de la avenida Duarte, ya que haya o no electricidad, tienen que levantarse desde las tres y las cuatro de la mañana, e ir a esa plaza para conseguir provisiones frescas. Y aún cuando hay apagones, explicó Javier, estas personas tienen que atravesar calles, cañadas y callejones a oscuras aún a riesgo de caerse o de que algún delincuente los asalte y les robe el dinero que necesariamente llevan para comprar sus mercancías, esta situación genera inseguridad.

El dirigente comunitario dijo que si bien no ha habido un crecimiento notable de los atracos en medio de apagones, en Capotillo la queja principal es que la gente no puede dormir, debido a la falta de energía. «De noche no se puede dormir. Hay mucha gente que sufre de la presión y eso se ve en las emergencias del Moscoso Puello, que se están llenando por las noches con pacientes hipertensos y con dificultades respiratorias»

Señaló que en términos de la seguridad, la situación está controlada, aunque hace dos semanas se observaron indicios de que por el sector Los Humildes había unos cuantos muchachos que estaban haciendo fechorías.

MENOS PATRULLAJE

Cuando se inauguró el Programa Barrio Seguro, en Capotillo era cosa común ver policías a bordo de las potentes Harley Davidson. Ya eso no se ve. Las motocicletas han desaparecido de las estrechas calles del populoso sector.

«Eso no sabemos ni siquiera dónde están. Como residente en Capotillo yo quisiera saber dónde fueron a parar las motocicletas que fueron destinadas al plan para acá, y dónde están la gran cantidad de agentes policiales que había aquí», expresó Javier.

Dijo que definitivamente ahora hay mucho menos patrullaje que al inicio del programa y que unas patrullas especiales que circulaban durante las noches ya no se ven.

Javier manifestó que «como se trata de un ‘circo itinerante’ a lo mejor ahora lo están montando en otro lugar».