Apagones convierten en un cementerio la Ciudad Colonial

Apagones convierten en un cementerio la Ciudad Colonial

Las actividades productivas y de servicios se desploman en la Ciudad Colonial,  principal centro turístico de la capital, debido a la oscuridad por los cortes en el suministro de energía eléctrica y el temor de la gente a visitar la zona.

Dueños y encargados de establecimientos comerciales, como colmados, licorerías, restaurantes, heladerías, y  manualidades declararon ayer que las ventas han disminuido en más de un 50 por ciento luego de la agudización de los apagones, debido a que los clientes no encuentran nada refrigerado.

En horas de la noche, la mayoría de los negocios cierran temprano por ausencia de personas y para evitar  caer en manos de los delincuentes, quienes con frecuencia burlan la vigilancia policial porque se esconden en la oscuridad.

Pedro Bisonó, propietario de la Librería América, en la calle Noel esquina Sánchez, patrocinador del Círculo de Lectores, recordó que antes del  actual presidente Leonel Fernández asumir el poder le advirtió sobre el problema energético, pero que éste  le  aseguró que solucionaría la situación con el ingeniero Juan Temístocles Montás a la cabeza.

Lamentó que con más de dos períodos en el poder la gestión que encabeza el presidente Fernández no haya solucionado la crisis que por más de 40 años afecta a la nación.

Bolívar de los Santos, del colmado Jenny, ubicado en la calle Santomé, lanzó el grito al cielo cuando se le preguntó por el servicio energético en la zona.

Expresó que han estado a punto de lanzarse a la calle a protestar como hacen en los barrios de la zona Norte del Distrito Nacional para que se les ofrezca luz.

En tanto,  Mercedes Martínez, encargada del Café de las Flores, en la calle El Conde, señaló que la arteria comercial parece un cementerio, ya que la gente no  acude al lugar.

Mientras William Briseñez, encargado de D’ Nosotros Empanadas, también en el Conde, se limitó a mostrar el estado en que estaba el establecimiento a las 12:00 del mediodía, sin  un  cliente,  y en medio de  un apagón,  sólo le quedaba secar  el charco de agua  causada por el hielo derretido en los refrigeradores.

 “Ya aquí la gente no viene como antes, a tomar aire en la calle, sentarse a tomarse un café, mirar los cuadros, porque el calor y la oscuridad impide todo eso”, respondió Franklin Brito, de La Cafetera.

En la calle Isabel La Católica se perdió la tranquilidad de hace años, ya que los apagones mantienen en zozobra a todos en el área. Eso provoca que  los establecimientos estén vacíos durante el día y cierren temprano en las noches  por miedo a los asaltos y atracos que se producen.

El abogado Guarocuya Olmos Gómez no aguantó quedar sin opinar y atribuyó los apagones a irresponsabilidad de Fernández.

Por peligro

Una marcha que tenían programadas organizaciones sociales de los barrios Capotillo, Simón Bolívar y otros de la zona Norte del Distrito Nacional, para la tarde de ayer, hacia la Oficina de la Empresas Distribuidora de Electricidad del Este (Edeeste) fue suspendido debido a que podría salirse del control de los patrocinadores por lo indignada  que se encuentra la población.

En cambio, las entidades, acordaron reunirse en un local del ensanche Luperón para coordinar las acciones y decidir los tipos de protestas a realizar en caso  que no mejore el suministro de energía en las próximas horas.

Ayer  la generación de electricidad estaba en  1,117 megavatios, 240 menos que  cuando se anunció que la producción de energía aumentaría.

La planta San  Felipe, de Puerto Plata, que genera 185 megavatios, bajó a 71, la Itabo II que debió entrar ayer en línea seguía fuera y la AES-Andrés, que genera 300 megavatios, estaba en 205 .

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