Dueños de pequeños negocios de la Ciudad Colonial, tales como sastrerías, cafeterías y colmados atraviesan por una situación de impotencia, desesperanza y desesperación por la tanda de apagones que los afecta, con la agravante de que mientras menos electricidad reciben más altas llegan sus facturas.
Los apagones en la Ciudad Colonial se producen principalmente en horario corrido de 8:00 de la mañana a 7:00 de la noche la mayoría de las veces, salvo en un circuito privilegiado, el que alimenta al hospital Padre Billini, donde el servicio eléctrico es casi permanente, expresaron propietarios de pequeños negocios consultados por reporteros de este diario en un recorrido por el área ayer.
José Fernández, empleado de la cafetería Yasmel, dijo que la situación del servicio eléctrico en la zona es crítica, con interrupciones corridas de más de once horas todos los días.
Esta situación afecta mucho el negocio, pues los productos de mayor demanda en la cafetería requieren refrigeración y no dispone de planta de emergencia para el servicio, según explicó.
Juan García Durán, diseñador de modas, propietario de la sastrería Juanchy Atelier, dijo que los apagones afectan su negocio en todos los sentidos: merman sustancialmente sus ingresos, lo que se refleja en limitaciones para cubrir la factura de teléfono, alquiler de local y los sueldos de los empleados, entre otros.
Y les quedamos mal a los clientes con relación a la fecha de entrega, dijo.
Según explicó, este tipo de negocio tiene la dificultad de que no se puede trabajar con inversores, porque las máquinas de coser no funcionan con ellos.
En la zona donde tiene su sastrería no se permite usar plantas eléctricas, debido a que está situada cerca del hospital Pedre Billini y no se pueden encender aparatos escandalosos, dijo García Durán.
Ramón Antonio Padilla, quien labora en una sastrería en la Ciudad Colonial, dijo que cuando se produce un apagón, las actividades del negocio donde se paralizan completamente, ya que las máquinas sólo funcionan si hay electricidad.
Mientras Juan A. Hernández, empleado de un colmado en la calle Arzobispo Nouel, sostuvo que por los apagones las ventas han bajado sustancialmente en el negocio, debido a que los productos de mayor demanda, como las cervezas, jugos y refrescos, no llegan a enfriarse por la falta de electricidad. Algunos clientes se toman las cervezas con hielo, dijo.