Cuba experimentará prolongados apagones durante todo este martes, con cortes que afectarán simultáneamente a más del 46 % del país en el horario de máxima demanda, informó en su reporte diario la estatal Unión Eléctrica (UNE).

La isla está atravesando una profunda crisis energética, agravada desde finales de 2024 debido a las averías en las obsoletas centrales termoeléctricas y al déficit de combustible, provocado por la falta de divisas para importarlo.

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Actualmente, los apagones alcanzan las 20 horas diarias en amplias regiones del país, mientras que en La Habana duran entre cuatro y cinco horas. En los últimos siete meses, se han registrado cuatro apagones a nivel nacional, de los cuales la isla ha tardado días en recuperarse.

La UNE, que depende del Ministerio de Energía y Minas (Minem), calcula que para el horario pico de la tarde-noche habrá una capacidad máxima de generación eléctrica de 1,875 megavatios (MW) frente a una demanda de 3,380 MW.

Esto representa un déficit (la diferencia entre la oferta y la demanda) de 1.505 MW y una afectación (lo que realmente se desconecta para evitar apagones desordenados) de 1.575 MW. Es común que los valores reales superen el pronóstico oficial.

Actualmente, siete de las 20 unidades de producción termoeléctrica, distribuidas en siete centrales, están fuera de servicio debido a averías o mantenimientos. Además, 72 centrales de generación distribuida (motores) están fuera de servicio por falta de combustible, específicamente diésel y fueloil.

Las centrales termoeléctricas cubanas están en su mayoría obsoletas, después de décadas de explotación y un déficit crónico de inversión y mantenimiento. Además, los motores están fuera de servicio debido a la falta de divisas del país para importar combustible.

Expertos independientes indican que la crisis energética se debe a una infrafinanciación crónica de este sector, que ha estado completamente en manos del Estado cubano desde el triunfo de la revolución en 1959. Por su parte, el Gobierno cubano destaca el impacto de las sanciones estadounidenses en este sector.

Diversos cálculos independientes estiman que el gobierno necesitaría entre 8,000 y 10,000 millones de dólares para reflotar la red eléctrica.