Para el pequeño dueño de negocio de los barrios de la Capital, la persistencia de interrupciones en el suministro de electricidad se traduce en más gastos para uso de plantas, menor calidad de servicios y productos para clientes y en ocasiones condiciones inhóspitas en los locales por no poder encender aparatos de aire acondicionado.
Del problema hablaron propietarios de ebanisterías y de otros establecimientos como salones de belleza, centros de comunicaciones e industrias artesanales.
Todos dijeron que sus actividades están trastornadas por los apagones en Villa María, Villa Consuelo, Villa Juana y los ensanches Luperón y La Fe.
En los barriosos, los prolongados apagones han variado el presupuesto y cambiado incluso el horario de trabajo a muchos negocios en las últimas semanas.
Además han impactado en la calidad del servicio, pues muchos negocios han dejado de encender los aires acondicionados, reducido el uso de los abanicos y encienden menos bombillas para evitar que se descarguen los inversores y gastar menos combustibles en plantas de emergencia.
La información proviene de los dueños de talleres de ebanistería, colmados, salones de belleza y centros de servicios de comunicaciones de los barrios Villa María, Villa Consuelo, Villa Juana, Luperón y ensanche La Fe, visitados ayer en un recorrido por reporteros de este diario.
Manifestaron que cada día dan menos luz, sus costos aumentan y sus empleados llegan cansados al trabajo porque duermen mal por el calor, como consecuencia de los apagones, que se han incrementado últimamente.
Algunos negocios tuvieron que aumentar el presupuesto para la compra de gasoil, como es el caso del colmado Pérez, en Villa Consuelo, propiedad de Wilson Pérez, quien dijo que en las últimas semanas trabaja con planta propia 8:00 horas y más.
Pérez declaró que en el día el apagón en su zona comienza desde la 1:00 de la tarde hasta las 9:00 de la noche, mientras otro es de 3:00 a 8:00 de la mañana.
Dice que gasta diario unos RD$500 en gasoil, y tiene que operar sólo con la mitad de los refrigeradores.
Internet Center, negocio de servicios de Internet y llamadas telefónicas, ubicado en el ensanche Espaillat, en ocasiones recorta el horario de trabajo.
Su dueño, Rafael Díaz, cuando se le descarga el inversor cierra el negocio a las 7:00 de la noche en vez de a las 10:00, que es el horario establecido.
Explicó que los apagones son de hasta ocho horas diarias y que los martes y jueves la luz no llega durante el día.
Jesús Gómez, propietario de JG Peluquería, del ensanche Espaillat dijo que los apagones son tan extensos, prolongados a días completos los martes y jueves, que abandonó la práctica de encender el aire acondicionado. Además, por temor a que se eleve la factura eléctrica.
Manifestaron preocupación por los apagones, los dueños, de un salón de belleza en Villa María, Yoanna Vásquez, y del taller de ebanistería Jambas y Decoraciones, Roberto Salcedo.
La cifra
12,000 pesos mensuales paga por la factura de la electricidad, Wilson Pérez, del Colmado Pérez, en el ensanche Espaillat. Esto a pesar, dijo, de recibir más de ocho horas de apagones diario, y de gastar alrededor de RS$500 en gasoil por día, para poder vender los productos que necesitan refrigeración y encender un abanico y los bombillos.