(I)
Tengo a la mano o a la vista el periódico Hoy: “La carestía del gas natural preocupa a los empresarios”. Es el título de una información acerca del alza de precio del gas natural, de múltiple uso en el país.

La información va colocada en la parte alta y a la izquierda de la página 3D, sección Economía. Encuentro allí: César Augusto Abr/é/u, con tilde o acento ortográfico sobre la /é/.

Me interesa el tema, y como viejo cazador de gazapos, maestro en las aulas y fuera de ellas, noto que al apelativo se le carga una tilde sobre la /é/, final de la última sílaba.

Recuerdo algunas experiencias con el tratamiento, experiencias desde Santo Domingo como alumno y  más tarde como profesor del Liceo “Presidente Trujillo”, hasta alcanzar la capital de Quito, Ecuador.

   Departíamos un argentino y tres dominicanos con C. Abregú Virreyra, profesor y director de la Escuela de Periodismo, en Buenos Aires.

La forma de tildación (doble) en Abreu nunca lo olvidé.

 Da la casualidad de que al leer en esa misma edición, pensé  que Abregú puede ser un tema revelador. Por el momento pretendí seguir la lectura del diario.

Al leer en la parte inferior de dicho diario, aparece un suelto con este título: “Alarma 24 presenta sus servicios en Jarabacoa”. El suelto se encuentra en la misma página, también del lado izquierdo ¿Cuál es la diferencia?: Ahora sin acentuación alguna.

¿Cómo es posible que en el mismo periódico y en la misma página se genere tal contradicción en cosa tan simple?

Y aunque quisiéramos acallarlo, también sucede en asuntos de mayor importancia.

Para estos casos, además de la misma relación de las reglas ortográficas: articular bien las características de cada sonido significativo, y poner los oídos en alerta para distinguir cada uno de los valores de la emisión:

/Á/breu: no cae sobre esa primera vocal.     

Abr/é/u: me parece que cae sobre la vocal /e/.

Abre/ú/: tengo la impresión de que el acento no cae sobre la /u/.

¿Dónde se produce la mayor intensidad o carga vocálica?

Las indagaciones y las pruebas al alcance de mis oídos, me convencen de que entre la /e/, vocal abierta o fuerte, y la /u/, vocal cerrada o débil, no se produce diptongo. Todo lo que hay ahí es un hiato. El acento realmente no se pronuncia en la /A/inicial. Se pierde en el campo de la /e/ y /u/.

Profundizaremos tan pronto se explique con instrumentos adecuados.