Apenas ha llegado…

Apenas ha llegado…

El fin de semana al leer la prensa, especialmente los diarios digitales, recordé el viejo dicho español: “perro huevero aunque le quemen el hocico”. Se trataba de cómo la pléyade de comentaristas y columnistas que nunca vieron las vigas en ojos de don Hipólito Mejía ni del ingeniero Miguel Vargas Maldonado, pero sí las pajas en los de Danilo Medina, han arrancado a cuestionar y dudar de casi todo lo que ha comenzado a proponer el nuevo gobierno ¡que no tiene ni una semana de instalado!

En la mayoría de los países donde los políticos sienten respeto o temor de lo que los votantes y demás ciudadanos pensemos de ellos, hay la tradición de darle a cualquier nueva administración pública el beneficio de la buena fe; es la llamada “luna de miel” y usualmente dura cien días o tres meses.

Pero entre nosotros no habían pasado tres días y ya los sospechosos habituales están pontificando y criticando y jeringando sin importarles mucho respetar esta tradición tan civil de las democracias más desarrolladas.

Una de las críticas más pueriles que he visto es que el Presidente Medina designó en su gabinete a demasiados peledeístas. ¡Anjá! ¿Y qué iba a hacer, nombrar a perredeístas o a neozelandeses o extraterrestres? Si los consuetudinarios quejosos quieren un gabinete perredeísta, en vez de andar desbocados puyando al nuevo gobierno, que le reclamen al propio PRD su incapacidad de ganar una elección pese a que estuvieron a un tris de alzarse con el poder y perdieron por causa de ellos mismos.

Al nuevo Presidente le esperan retos enormes aunque también disfrutará de todo lo bueno que dejó el gobierno anterior, que no fue poco, y que posicionó al país para “mejorar lo que está mal” y “hacer lo que nunca se ha hecho”.

A mí particularmente me agradó el anuncio de que el próximo año se destinarán a la educación los fondos que prevé la ley. Ir aplicando en cada caso el canon legal, para así alcanzar un mejor imperio de la ley, es algo que nunca nadie ha hecho aquí, y es una excelente manera de atacar de raíz la inmensa mayoría de los problemas que afectan a nuestra sociedad.

Eso, y la creación de empleos productivos en vez del aumento de los subsidios, pudiera ser la clave del éxito del gobierno que apenas comienza.

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