Aplastar a Jizbolá  “tomará tiempo”

Aplastar a Jizbolá  “tomará tiempo”

POR HARVEY MORRIS
en Jerusalén
“El aplastamiento de Jizbolá no es como pedir una pizza”, dijo este lunes Yossi Kuperwasser, un experto en inteligencia del ejército israelí”. “Eso toma tiempo”, agregó. El general de brigada Kuperwasser, un oficial de la reserva del cuartel general del ejército y ex jefe de análisis de inteligencia, reflexionaba sobre el hecho de que los cohetes de Jizbolá estuvieran golpeando todavía el Norte de Israel con una intensidad que no había disminuído en cuatro semanas, después que Israel iniciara su guerra en el Líbano.

Es una pregunta que muchos israelíes se están haciendo, en particular después que 15 personas murieran el domingo en el peor día de la ofensiva con cohetes. Las dudas del público se centran en por qué el ejército limitó el potencial aéreo al inicio de la guerra y por qué el ejército no se lanzó con un poder mayor una vez que pasó a la guerra terrestre.

Representando al ejército en una sesión conjunta de información con el ministro de Relaciones Exteriores, el general Kuperwasser dijo que el Líbano estaba en un conflicto en el cual los esfuerzos diplomáticos eran tan importantes como la presión militar, una referencia a una posible resolución de la Organización de Naciones Unidas que Israel dice tiene que incluir el desarme de Jizbolá.

El ejército está cumpliendo las tareas establecidas y estaba listo para profundizar la ofensiva terrestre, si viniera la orden de avanzar hacia el norte del Líbano, hacia el río Litani o más allá, dijo. El gobierno israelí parecía el lunes que estaba esperando dar la orden hasta que vió el resultado de los movimientos alrededor de una resolución de la ONU. 

El general Kuperwasser dijo que Israel pudiera imponer una solución militar. “Pero, ¿a qué costo? Pudiéramos tomar todo el Líbano, pero el que querramos hacerlo es otro asunto. Todos preferiríamos una solución diplomática”, señaló.

Él no establecería un cronograma para la guerra con el objeto de poner fin a la amenaza de los cohetes. “Con el fin de saber el tiempo, hay que conocer la velocidad y la distancia. Eso lo tiene que decidir el gobierno”, advirtió.

A pesar de los choques continuos cerca de la frontera, el ejército dijo que controló una zona de seguridad de cerca de siete kilómetros en el Líbano, donde estaba en el proceso de eliminar la resistencia.

“Cada día disminuye la capacidad operacional”, dijo el general Kuperwasser.

 “Tenemos que convencer al Jizbolá que no tiene sentido seguir con la destrucción del Líbano y la suya propia”, señaló.

Si la guerra le va bien a Israel, como sugiere el ejército, los beneficios todavía no los ha sentido un millón aproximadamente de israelíes amenazados directamente por el fuego de misisles. En un ataque a Haifa el domingo, en el cual murieron tres personas, pareció que Jizbolá había disparado uno de sus misiles de largo alcance desde muy al Norte de la zona fronteriza. Los analistas de defensa creen que ambas partes escalarían la lucha para aumentar sus ganancias, antes de que una resolución de la ONU termine el conflicto.

Amir Peretz, ministro de Defensa de Israel, según se cita, dijo a los comités de la defensa del Knesset y al de asuntos extranjeros, que él había dado instrucciones a las fuerzas armadas que tomaran el control de los sitios de lanzamiento de Jizbolá donde quiera que estén, “para disminuir al máximo el fuego de los cohetes Katiusha y sacar al pueblo israelí de los refugios”.

El señor Peretz dijo que está decidido a poner fin al fuego de misiles, bien por medios políticos o militares, pero negó que estuviera limitado por los esfuerzos diplomáticos. “Ambos caminos van paralelos, y espero que se alcancen los objetivos. Si el proceso político puede detener el fuego, Israel puede decir que su operación cambió la ecuación de la situación en el Norte”, dijo.

Ejhud Olmert, el primer ministro, ha ordenado a los ministros y funcionarios que no hagan comentarios sobre un proyecto de resolución de la ONU para terminar el conflicto hasta que se acuerden los términos. El Líbano, Jizbolá y su aliado, Siria, rechazaron el borrador franco-norteamericano publicado el fin de semana. Gideon Meir, vicedirector general del ministerio de Exteriores dijo en la reunión informativa que una propuesta internacional para poner fin a los combates tiene que incluir el desarme de Jizbolá y evitar que regrese a sus posiciones militares en el Sur del Líbano, el regreso de los dos soldados israelíes cautivos por el grupo chiíta y la puesta en marcha de la resolución vigente 1559 de la ONU.

VERSION: IVAN PEREZ CARRION

Publicaciones Relacionadas

Más leídas