SANTO DOMINGO. La justicia de República Dominicana aplazó para el 1 de diciembre el juicio a cuatro franceses, entre ellos dos pilotos, procesados por un contrabando de 700 kilos de cocaína incautados de un avión privado en marzo de 2013 en un aeropuerto del este del país caribeño.

El Primer Tribunal Colegiado de Santo Domingo había convocado para este lunes la primera audiencia del juicio contra los cuatro franceses y 10 ciudadanos dominicanos implicados en el caso, luego de que el 17 de junio una sala de instrucción determinara que había suficientes indicios para juzgarlos.

La suspensión fue por solicitud de los abogados de varios implicados que pidieron tiempo para estudiar el expediente, por la ausencia de testigos requeridos y de un intérprete al francés, indicó la letrada Maria Elena Gateraux, que defiende a los dos pilotos franceses.

«A mis clientes se les notificó por un domicilio desconocido», explicó a la AFP María Elena Gatereaux, defensora de los pilotos Jean Pascal Fauret y Brunos Odos. «Solicitamos al tribunal que nos repusiera el plazo», para instrumentar bien los argumentos de defensa, agregó.

La suspensión se produjo también porque cuatro implicados no presentaron defensores y solicitaron abogados de oficio, por la ausencia de algunos testigos requeridos por el Ministerio Público y la falta de un intérprete judicial para el idioma francés.   «La defensa de los franceses solicitó al tribunal que le sea asignado un traductor», contó a la AFP Adolfo Sánchez Pérez, representante de uno de los dominicanos acusados de complicidad.

Los pilotos Pascal Jean Fauret, de 44 años y Bruno Odos, de 54, el asistente de vuelo Alain Castany, de 67, y el pasajero Nicolas Pisapia, de 38, fueron arrestados la madrugada del 20 de marzo de 2013 en el aeropuerto del complejo turístico de Punta Cana, Higüey, 155, kilómetros al este de Santo Domingo.

Luego de más de un año de prisión, fueron dejados en libertad provisional, pero con impedimento de salida del país.   La droga, contenida en 26 maletas, fue incautada en la bodega del jet privado Dassault Falcon 50, matrícula F-GXMC, propiedad del empresario francés de la óptica homónima Alain Afflelou.

La nave estaba preparada para salir con destino a la ciudad balnearia francesa de Saint Tropez.   La defensa de los pilotos siempre ha clamado su inocencia, argumentando que según la reglamentación internacional, los pilotos de una aeronave «no son responsables de nada que tenga que ver con equipajes de vuelos comerciales».

Pero la fiscalía niega el estatus de vuelo comercial, aunque el avión haya sido alquilado para este viaje, y lo cataloga como un vuelo privado, lo que haría corresponsables a Fauret y Odos, ambos militares retirados y reconvertidos como pilotos comerciales.