La incertidumbre que rodea al estado de salud de la niña Evelin Valero Alcántara, de ocho años, jamás debió existir: si en el país se hubiese contado con la Inmunoglobulina Antirrábica, hoy  estaría bien.

El medicamento, que evita que la rabia llegue al cerebro,  llegó  cuando ya no podía aplicársele, razón por la que los médicos han tenido que probar suerte con un tratamiento diferente. Todavía tienen que esperar para ver cómo responde.

Así lo explicó el doctor Emilio Mena Castro, director del hospital Robert Reid Cabral, donde está interna Valero Alcántara desde el sábado seis.

Mientras los familiares de la niña muestran gran preocupación porque no saben qué tan eficiente puede ser el nuevo tratamiento.

El doctor Mena Castro informó que la paciente se encuentra estable y que sigue el centro asistencial hasta completar el esquema de vacunación, que se aplica para prevenir la enfermedad.

Mena Castro explicó que  la Inmunoglobulina Antirrábica se suministra  a los pacientes en las primeras 48 horas después de la mordida del animal. 

 Eso no sucedió con Valero Alcántara porque cuando fue ingresada no había vacunas. Cuando llegaron ya había un problema de dilación  y el medicamento no se pudo aplicar.

Por ese motivo, explicó Mena Castro, se procedió a suministrar una vacuna en cinco aplicaciones. “Se inicia con el día cero, que es cuando a la niña se le pone la primera dosis, luego el día 3, un día 7, un 14 y un 28. Es una vacuna especial que la suministra el Ministerio de Salud Pública y procede de una corporación internacional”.

Otro perro

El perro que mordió a Valero Alcántara en la cara fue muerto por su propio dueño y, a pesar de que peleó con otro canino vecino, éste último sigue en el patio sin vacunar, lo que preocupa a los vecinos de la calle Hermanas Mirabal, en La Mina Segunda de Los Guarícanos. El perro está detrás de la casa número 9 desde donde brota mal olor. Es propiedad de una señora que se resiste a llevarlo al Centro Antirrábico  o a sacrificarlo.