Apocalipsis ecológica

Apocalipsis ecológica

No hay una sola mañana que al levantarnos no comencemos la cotidiana faena con pesaroso y malhadado disgusto, ya sea porque los precios de los artículos de primera necesidad siguen elevándose hasta alturas siderales, o la gasolina con que se mueve todo, transportándonos a nuestras obligaciones y puestos de trabajo, es un lujo, o que la energía eléctrica, tan abundante como entre racionales en este gobierno, es cobrada cual pulidas gemas preciosas, todo ello unido al profundo desconcierto de la peor gestión gubernamental en siglos de esta nación, tan catastrófica o peor que las devastaciones de Osorio, y que de continuar por el mismo derrotero de irresponsabilidad e ineptitud, pero sobre todo, de evidente maldad, a la disolución para siempre de la nación dominicana.

Hoy, a ese cúmulo de despropósitos, se une como una cuenta más al rosario de calamidades y desgracias, la amputación de grandes extensiones de zonas protegidas del Parque Nacional del Este para favorecer a una compañía española, Globalia, y construir un complejo hotelero de 1200 habitaciones que impactarán negativamente todo el ecosistema de esa región.

Según el matutino El Caribe que trajo esa información, dicho proyecto de la construcción de un complejo turístico data de dos decretos emitidos el 30 de agosto y el 7 de noviembre del año 2000, retomado por el Poder Ejecutivo y abandonado en marzo del 2001 por prisión de diversos sectores vinculados al turismo y la ecología.

Sin embargo y pese a la presión de esos grupos conservacionistas y de empresarios turísticos serios que se oponían a esta monstruosidad, hechos como el envío del Poder Ejecutivo al Senado el 14 de enero de un proyecto de ley para excluir del Parque Nacional del Este las parcelas 20 A y 24 A, que son propiedad de Globalia más el anuncio triunfalista de su presidente, el señor Juan José Hidalgo, dejó bien claro que ya había sido autorizada de manera categórica la construcción del complejo hotelero en esa reserva protegida, la cual ya estaba siendo difundida por la revista española Preference.

Como puede verse la presión del dinero, el compadrazgo, el tráfico de influencias en áreas del Congreso y la más vergonzosa lenidad de funcionarios de este gobierno, le va a cercenar al pueblo dominicano de un ecosistema tan importante para la biodiversidad de la isla, amén de contar también de notables yacimientos arqueológicos de cuevas y guácaras con pinturas rupestres de nuestros antepasados aborígenes, que han sido declarados por la Unesco como patrimonio de la humanidad.

Pero vayan ustedes a saber, amables lectores, la reacción de esos legisladores, en donde el Senado emitió una opinión a través del vicepresidente del mismo, diciendo esperar que el susodicho complejo cumpla con los estándares nacionales de protección al medioambiente y áreas protegidas, declarando a su vez, una «sesuda sentencia» de que bajo ningún concepto se puede limitar el desarrollo y explotación de zonas con potencialidad para el turismo, ya que, abundando al respecto: «si el hombre no se sirve de los recursos naturales no puede desarrollarse, no puede subsistir….

Bellas ideas para un nefasto fin en un país que día a día le es degradada su capa vegetal, las cuencas de los ríos, contaminando mares y tierras vírgenes, mientras una silente y totalmente ineficiente Secretaría de Estado de Medioambiente está postrada como el monito aquel, con los ojos bien cerrados, los oídos tapados y sin decir media palabra.

Por ese motivo y al carecer de un gobierno que nos dirija y proteja, sólo estando pendiente en sus aprestos reeleccionistas con el aplastamiento y atropello, cual estado totalitario, a quien o quienes se les interponga, como lo está haciendo de manera grosera, vil, con la Iglesia Católica, debiendo tomar nosotros los ciudadanos cartas en el asunto con la protesta enérgica contra este crimen de lesa naturaleza y lesa humanidad, usando el único instrumento que nos da poder de cambiar este estado de cosas, es decir, el de votar el 16 de mayo y votar bien, para sacar a esta gente que de manera artera y traidora, despedazan como aves carroñeras y hienas a esta patria de todos.

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