La lluvia antillana” es tormentosa, violenta, amenazante, sutil o fresca. En ocasiones viene junto con los rayos cálidos del sol creando arco iris en el horizonte o en los elementos de la flora y la fauna.

Otras veces viene con nubes grises y negras convirtiendo el día en la noche o la noche en un momento sublime donde la iluminación viene por los rayos vibrantes.

Los sonidos de la lluvia son tan intensos como los cambios cromáticos que ésta causa. Las gotas según la velocidad con la que caen crean sinfonías naturales muchas veces acompañadas por los fuertes truenos.

En esta exposición dieciocho artistas plásticos  utilizaron a la lluvia antillana como su musa. Cada uno plasmando su visión de ella.

Amaya Salazar, utilizando espejos y óleo, plasma el momento en que pequeñas gotas caen sobra las hojas de palma creando reflejos multicolores.

Ángel Haché, en homenaje a la película “Singing in the Rain,” crea un momento de fuerza e inspiración donde su personaje canta o grita con energía mientras un rayo de luz divide la composición.

El maestro Cándido Bidó nos plasmó un momento de calma. La lluvia cae inspirando a que el artista utilice su tan reconocido azul pero cae tan sutilmente que una mariposa se para a observar esta maravilla de la naturaleza.

La obra de Diana Medrano presenta la lluvia suave pero que a su vez es amenazadora. Contrastando un negro intenso con unos grises azulados y un amarillo tierra, al ver la obra de Medrano uno sabe que detrás de esas pequeñas gotas que ella pinta viene la tormenta.

Elsa Núñez en una composición azul pinta a su personaje femenino sentado, refugiada de la tormenta que parece atacar a la mujer.

En la obra de Enriquillo Amiama podemos observar una isla rodeada de nubes. ¿Vienen o se van? ¿Ya pasó la tormenta y llega la calma?

La marina de Fabre Sallent donde cae esa lluvia antillana no se ve amenazada por la tormenta, en este mundo tan acostumbrado al agua.

Fernando Ureña Rib nos presenta una mujer con ojos cerrados y los senos afuera, nos confronta porque está totalmente de frente, sintiendo la presencia del espectador. ¿Será ella la portadora de las aguas?

El lente de la cámara de Guillermo Armenteros, el único fotógrafo de la exposición, capta un momento juguetón donde las cigüitas migratorias disfrutan del agua.

Héctor Ledesma nos presenta una paraíso antillano, un lugar ajeno de la personas donde a pesar de que cae un aguacero, queremos entrar a ese mundo.

La visión de la lluvia antillana de Jorge Checo es una geometría donde el azul está en el centro de la composición creando capas de papeles así como las aguas fuertes van creando más y más charcos hasta en ocasiones no ver sus fondos.

La obra de José Miura es un collage delicado dividido por dos colores centrales; el amarillo tierra a la izquierda y el azul intenso a la derecha. Así el artista demuestra las diferentes caras del cromatismo antillano.

José Pelletier presenta pinceladas fuertes y amenazantes que son perfectas para simular las nubes que amenazan las costas de las islas antillanas.

Marcia Guerrero plasma una obra azul dividida por líneas en tonalidades amarillas demostrando cómo los rayos del sol penetran la superficie después de la tormenta.

Milagros Guerra es otra artista que nos da un mundo fantasioso donde la cayena se embelesa gracias a la lluvia antillana.

Mineris Ramírez, también inspirada por la naturaleza, plasma unas flores en tonalidades azules. Al igual que en la obrade  Guerra sus flores crecen y se nutren de la lluvia.

Olivier Bertoni, igual que Ledesma, nos presenta un mundo fantasioso, pero el de este artista es un remolino de color y formas.

La obra negra y abstracta de Rosa Tavares representa esa noche tormentosa donde la iluminación es momentánea, cuando los rayos hacen destellos en las nubes y nuestros alrededores se convierten en objetos indefinidos.

Así como estos artistas fueron inspirados por la lluvia antillana, el compositor Darwin Aquino también la tuvo como musa y apoyado por las ilustraciones de los dieciocho artistas plásticos creó una composición musical titulada, “Lluvia Antillana: a tropicaine kuartet” uniendo así las artes plásticas y la música.