APORTE
Llamado a la acción

APORTE<BR>Llamado a la acción

Píndaro, ¡¡¡Por qué caray estás voceando tanto!!! ¡Parece como si el Sector Privado estuviera inactivo! Noooo – me dice Píndaro-, me siento feliz!!! Por fin el Sector Privado puede apadrinar uno de los sectores más importantes en la historia de los pueblos: el Cine. En estos días mi amiga Laurita me invitó –y no a usted-, dizque a una cosa que en OEMGE –donde trabaja- le dicen “seminario”. Precisamente al hablar de la Ley de Cine, ese día nombraron a Elito,  un amigo mío bajito de tamaño pero de gran corazón, en algo que llaman DGCINE.

Píndaro, y cómo te fue? Aprendiste algo nuevo?

Mira –me dice Píndaro-, una joven de apellido Castellanos empezó a hablar y sentí que sabe muchísimo de esta ley.  Ví en la mesa directiva, sentada a gente que conocía desde hace tiempo. Encaramao ahí estaban viejos amigos, como Jaimito Piñita –un amigazo que iba a Santiago a enamorar santiagueras en un carro decapotable y con unos pantalones amarillos y la pasaba de película. Al otro lado de la mesa, sentaron a un trío “de película”: Manuelillo –un dueño de muchos cines de la Capi, a quien cuando se montó a producir películas le dijeron loco; estaba al lado de Alfonsito -otro loco, según ellos-. Para amarrar esa jeringa, vi sentarse con ellos a Pinquito, quien fue mi profesor en audiovisuales. A esos tres yo los llamo “los tres que echaron a Pedro entre el pozo… ¡de la dicha!”.

Píndaro, eso se oye muy chulo pero déjate de hablar pendejadas y cuéntame ya cómo el Sector Privado puede ayudar a que el Cine Dominicano alcance clase mundial.

Mira Herminio, primero métete en el tutú que hay una fuñenda que da origen a esto y es la “Actividad Cinematográfica”. La producen “Agentes, o Sectores”, que son los que producen, distribuyen, exhiben, sirven de sitio para producción y ofrecen sus servicios a todos ellos para hacer la película.

Pero Píndaro, qué me dice a mí que una película es hecha aquí y, al mismo tiempo, no me están metiendo gato por liebre? Ahhhh, fácil, es que ahora en DGCINE le dan a tu película “El Certificado de Nacionalidad Dominicana”.

Ahhhh Píndaro, pero cómo yo se que es una película nacional?

Mira amigo, todas las actividades públicas y privadas que se lleven a cabo para gestar el desarrollo artístico e industrial de la creación, producción audiovisual de cine nacionales, así como promover su realización, producción, divulgación, acceso por parte de la comunidad nacional e internacional, además de su conservación para que no se pierda se llama ahora oficialmente “Cinematografía Nacional”. Tu Sector Privado debe saber que las obras cinematográficas son de tres tipos. Hay lo que llamamos “Obras cinematográficas dominicanas de largometraje”; hay “Obras cinematográficas dominicanas de corto metraje” y están las “Obras cinematográficas dominicanas de mediometraje”. Fácil de recordar: Largo, medio y corto pero, en esencia, “obras dominicanas”, de las cuales SOLO LAS DE LARGOMETRAJE DOMINICANAS son objeto de donaciones del Sector.

Sí, Píndaro, pero cómo diantres explico yo para que una obra pueda ser apoyada y los cuartos no se vayan “por la cañada”? Ahhh, me dice, la Ley de Cine se inventó el “Permiso Único de Rodaje , que es obligatorio para cada productor y sólo lo da la Dirección General de Cine. Quien produce la obra cinematográfica debe contar con una póliza de seguro de responsabilidad civil, que responda en caso de daños y perjuicios ocasionados a terceros. La producción deberá estar registrada en el Sistema de Información y Registro Cinematográfico Dominicano. La producción tendrá no menos del 20% de su presupuesto para ejecutarse en el país. Y, el personal a participar en su producción estará en número de participación de acuerdo a la Ley de Cine; En esto, puedes decir a tus amigos que mis socios en DGCINE les van a prestar toda la orientación necesaria.

¡¡¡Que chulería!!!! Entonces, Píndaro, ahora se puede creer más en el cine dominicano? Seguro que sí. Si quieren poner unos chelitos en construir cines en pueblos del país –menos en la capital y Santiago- tienen la gran ventaja de que lo que inviertan les será reconocido como libres de su ISR en un 100%. Es más, si se quiere invertir en la construcción de Estudios de Cine para la filmación o grabación de obras cinematográficas, se cuenta con el apoyo del Estado a través del Artículo 41 de la Ley.  Todo lo que se invierta está exento del pago del Impuesto Sobre la Renta y, por un período de diez años a partir de la vigencia de la Ley, se podrán importar libres de impuestos los bienes de capital requeridos.

Epaaa, Píndaro, y si se quiere invertir y relacionar parte de la imagen de una o varias de las marcas en una producción dominicana, cómo se hace? Sencillo, expresa, si se tiene proyectado pagar al Estado cien pesos en impuestos al año, el artículo 34 de esta Ley autoriza a invertir en una obra cinematográfica dominicana hasta el veinticinco por ciento de ese cien por ciento que iría a pagar, con la sorpresa positiva de que el cien por ciento del veinticinco por ciento a invertir le será reconocido por la gente de la Renta. O sea, que ahora en lugar de pagar directamente al Estado ese por ciento que pagaría en impuestos, el Estado mismo está incentivando a que se haga ese pago directamente a la entidad productora de la obra en cuestión. Y mira –agrega Píndaro-, el Párrafo I del mismo artículo expresa: “El monto compensable del Impuesto Sobre la Renta a que se refiere el presente artículo no podrá superar el 25% del impuesto a pagar del ejercicio fiscal del año en que se realizó la inversión”.

Oye Píndaro, a la verdad que se la has puesto fácil a la gente de mi Sector… Ahora sólo me falta decirles a ellos…

Herminio, espéraaaa –grita Píndaro-, eso lo voy a decir yo:

“Sector Privado: ¡Acciónnnnnnn!”

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