Hoy 
El número de propuestas hechas el primer día de deliberaciones del diálogo nacional es, por sí solo, un gran aporte para la agenda de desarrollo que necesita la nación. En esa sola jornada han sido propuestas 400 fórmulas para mejorar la competitividad del país, 154 para mejorar el desempeño en materia social, 42 relacionadas con las finanzas nacionales, sus normas y medios de protección, 25 acerca del tema agropecuario y así por el estilo. Hay también planteamientos formales para resolver problemas relacionados con ordenamiento territorial, migración, el sistema eléctrico y otros asuntos de vital importancia para el desenvolvimiento del país.
La abundancia de propuestas en la primera jornada de las deliberaciones constituye un fuerte compromiso para las partes, pero sobre todo para el Gobierno, que deberá tomar o dejar, reducir o enmendar esas propuestas, pero en todo caso tomarlas en cuenta. Por lo pronto, hay que reconocer la capacidad de convocatoria del Presidente Leonel Fernández, pues ha logrado reunir en torno a su llamado a diálogo a importantes representantes de la sociedad. Inclusive, es parte de su éxito que otras fuerzas vivas hayan convocado un diálogo paralelo, como respuesta a esa invitación que hiciera el Presidente, pues seguro de ese paralelismo también saldrán propuestas útiles. En fin, el diálogo, desde su primera jornada, promete buenos resultados.
Estímulos para la economía
La reducción de las tasas de interés que el Banco Central ha anunciado para entrar en vigencia desde hoy es un buen medio para la dinamización de la economía, pues abarata los fondos de financiamiento y estimula la inversíon al bajar la rentabilidad del dinero ocioso. Es una decisión oportuna en momentos en que la recesión ha ralentizado las economías, reduciendo la demanda de bienes y servicios en todas partes del mundo.
Con estas medidas y la sobreliquidez en las arcas del Banco Central se crea una oferta atractiva de capitales para la inversión. El país necesita movilizar su economía y ya el Gobierno ha anunciado un plan de construcciones con esos propósitos, pues las obras generan empleo y demanda de bienes y servicios. En su entorno se moviliza el comercio. Se trata de medidas de contingencia que deberán continuar en la medida en que la recesión siga obstruyendo la dinámica de la economía y esas medidas logren los objetivos perseguidos.
