Apostando por el potencial de la juventud con discapacidad

Apostando por el potencial de la juventud con discapacidad

Olga Altman y Noemí Gómez.

Por: Olga Altman y Noemí Gómez

A pesar de que la juventud representa aproximadamente el 16% de la población mundial, a menudo sufren discriminación que afecta su incorporación plena y efectiva en la sociedad, que se agrava cuando se trata de jóvenes con alguna discapacidad.

No cabe duda de que la juventud juega un rol fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente los ODS 4, 8, 10, 13 y 16.

Sin embargo, es común que sus aportes sean invisibilizados a nivel estadístico, complejizando la creación de políticas públicas que atiendan adecuadamente sus necesidades.

Esto se hace también evidente al profundizar sobre la data existente para la juventud con discapacidad, donde se revelan las barreras que enfrentan en materia de acceso al empleo y la educación: según el estudio sobre la situación de las personas con discapacidad en base a los datos del SIUBEN 2018, el 92% de las personas con discapacidad entre 5 a 21 años registradas por el SIUBEN no asiste a la escuela. 

En cuanto al empleo, más de 8 de cada 10 personas con discapacidad de 18 años o más están fuera del mercado de trabajo, a diferencia de las personas sin discapacidad, donde esta proporción corresponde a solo 3 de cada 10 personas.

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En el estudio también se reflejan mayores niveles de inactividad y menores de ocupación en las mujeres, así como una amplia brecha de inserción laboral entre las mujeres con y sin discapacidad, con tasas de inactividad que duplican las de sus contra partes.

Esta falta de acceso al sistema educativo y oportunidades de formación para el empleo derivan en una escasa inserción laboral de jóvenes con discapacidad y una pérdida de su potencial que no solo ven mermadas sus oportunidades de participación, sino que les limita a depender económicamente de sus familiares, lo que puede generar un aumento de las conductas sobreprotectoras y una mayor vulnerabilidad económica del hogar.

Con la visión de impulsar la inclusión laboral de jóvenes con discapacidad y consecuentemente una mejora de sus condiciones socioeconómicas, desde PNUD apoyamos iniciativas que cierran las brechas y promuevan la participación laboral, social y política de esta población.

Por ejemplo, de la mano del Ministerio de Trabajo y el CONADIS hemos creado las guías para la inclusión laboral de personas con discapacidad que aportan herramientas de soporte e indicaciones clave para empresas, instituciones públicas y personas con discapacidad.

Asimismo, fueron fortalecidas las capacidades de más de 200 personas del Ministerio de Trabajo para acercarlos a los retos y desafíos de la vida cotidiana que enfrentan las personas con discapacidad en el país.

También apoyamos el desarrollo y las actividades de la Escuela Taller de Santo Domingo, con el fin de que las personas jóvenes formados en dicha institución tengan la oportunidad de conocer e intercambiar experiencias laborales y buscar oportunidades.

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Igualmente, hemos apoyado el fortalecimiento de organizaciones de personas con discapacidad, más concretamente la Fundación Francina Hungría y Best Buddies RD, mediante pequeñas subvenciones para el desarrollo de proyectos que apoyen la inclusión laboral de las personas con discapacidad, incluyendo jóvenes con discapacidad visual e intelectual.

Construimos e incentivamos el desarrollo de alianzas con el sector privado para sensibilizar y fomentar el desarrollo de oportunidades educativas y laborales para jóvenes con discapacidad.

Como parte de estas acciones, ampliamos los conocimientos del personal de diversas empresas en materia de discapacidad, derechos humanos e inclusión laboral.

Además, mediante el Diagnóstico y Autodiagnóstico de entornos accesibles para personas con discapacidad, han sido evaluados los niveles de inclusión que están garantizando las instituciones para las personas con discapacidad.

A nivel nacional, los diferentes sectores están haciendo esfuerzos para fomentar una sociedad más inclusiva, y cumplir con la Ley 5-13 que establece una cuota de participación laboral de personas con discapacidad mínima del 5% en el sector público y del 2% en el privado, así como responder a las necesidades de las juventudes mediante el Plan Nacional de Juventudes 2020-2030.

Sin embargo, aún quedan muchas barreras que impiden lograr la verdadera inclusión. Para derrumbarlas, el sector privado es clave, por lo que es fundamental que cuenten con políticas empresariales inclusivas que aborden la discapacidad, promuevan la diversidad, el respeto y la cultura de igualdad dentro de la institución ofreciéndole una ventaja comparativa.

Se debe seguir fomentando, a nivel social, el conocimiento sobre la discapacidad, con el fin de generar mayores niveles de conciencia que permitan cambiar los estereotipos sociales e impulsen la creación de políticas públicas inclusivas por parte del Estado.

Es esencial el desarrollo de planes y proyectos institucionales que incluyan la discapacidad de manera transversal, con enfoque de género, derechos humanos, intersectorial y territorial que asegure el pleno ejercicio de los derechos de las juventudes con discapacidad.

Es fundamental que se generen y garanticen las oportunidades educativas, formaciones para el empleo y oportunidades laborales, que permitan la independencia socioeconómica de jóvenes con discapacidad.

Asimismo, es primordial continuar fomentando las alianzas y capacidades de lasorganizaciones de la sociedad civil que trabajan por y para este segmento de la población, siendo estas claves para garantizar su participación y representatividad en los diferentes espacios de tomas de decisiones y solución de problemas bajo el principio de “nada sobre nosotros sin nosotros”.

Apostar por el potencial de nuestra juventud con discapacidad y fomentar su participación plena y efectiva en la sociedad es apostar por los derechos humanos, es construir una República Dominicana más justa y sostenible que no deje a nadie atrás.

Sobre las autoras:

Noemi Gómez, es licenciada en Trabajo Social, MBA en Project Management, con experiencia en proyectos sociales y más de 6 años de experiencia en el ámbito de discapacidad. Actualmente se desempeña como Asociada de Discapacidad en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).  

Olga Altman, es licenciada en Psicología Clínica, ha formado parte activa en el desarrollo de diversos proyectos sociales para la promoción de los Derechos Humanos. Actualmente es Asistente Técnica en Inclusión de la Discapacidad en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), desarrollando acciones para impulsar la inclusión laboral de las personas con discapacidad.