Apoya sugerencia levantar muro

Apoya sugerencia levantar muro

[b]Señor director:[/b]

La posibilidad de que pueda materializarse la amenaza «velada» que le hiciera al país el ex presidente de Haití, Jean Bertrand Aristide, antes de salir de forma abrupta y prácticamente «defenestrado» de su gobierno en días pasados, cuando dijo que, «el fuego de la violencia que se extiende aquí (en Haití) va a provocar la marcha de muchos haitianos (hacia la RD)», aún pesa como espada de Damocles sobre la cabeza del pueblo dominicano.

Esto así, porque pese a que el vecino país está intervenido por un contingente militar de Francia, Estados Unidos, Canadá y Chile de más de 350 soldados, éstos junto a la famélica policía haitiana no han podido detener el estado de anarquía y desorden en que los seguidores de Aristide y los opositores a éste mantienen a los pueblos y ciudades de Haití cada día, con un saldo lamentable de muertos, heridos y constantes saqueos.

Esta situación ha impedido que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otros organismos internacionales envíen ayuda humanitaria al depauperado pueblo haitiano a través de sus aeropuertos y puertos, por la falta de seguridad que impera allí y que aumenta cada día, pese a la instalación de un nuevo presidente, quien prepara un nuevo gobierno de transición junto a la oposición haitiana.

Por ello apoyo en todas sus partes la propuesta que hiciera el avezado profesor y periodista Francisco Alvarez Castellano en un artículo que publicara el periódico Hoy en su edición del martes 02/03/04, donde planteaba que tal y como han hecho Estados Unidos, Israel y otras naciones para resguardar sus fronteras, los dominicanos también levantemos un muro u otra barrera en la frontera, para evitar que un día se haga realidad la amenaza que nos hiciera Aristide.

Creo, tal y como lo planteó el profesor Castellano, que como lo ha demostrado Estados Unidos con México e Israel con Palestina, un ejército fronterizo, por más preparado y numerosos que sea, no podrá detener una horda de extranjeros hambrientos, asustados y perseguidos. Eso se podría aplicar perfectamente a la frontera dominico-haitiana, ya que aunque algunos han planteado que dicha avalancha (Lavalás) de haitianos no se produciría nunca, es mejor precaver que lamentar, como reza el refrán popular.

Decir también que vuelvo con esta afirmación, sobre la propuesta escrita que hice entre el 24 de abril y el 02 de mayo del 2000, en los periódicos Listín Diario y El Nacional, donde además de plantear la propuesta del muro en la frontera, también proponía que ésta fuera acompañada de la «iniciativa-ensayo» que hacía en ese momento el diputado Pelegrín Castillo y que publicó el desaparecido periódico El Siglo en su ediciones de los días 1, 2, 3, 4, 5 y 6 de abril del 2000.

Castillo esbozada en esos planteamientos varios puntos, que combinados con la ley de Migración le iban a dar al país un verdadero instrumento de política migratoria con nuestros vecinos y así evitar una «balcanización» de los pueblos de las fronteras, por una poblada masiva de haitianos hacia nuestro territorio, lo que hallaría apoyo en los organismos internacionales, que ya han propuesto «centros de refugiados» a todo lo largo y ancho de los 30 kilómetros de fronteras que nos separan de Haití, pero de nuestro lado.

A esto también podrían añadirse otros elementos y/o iniciativas, como aquella de las zonas francas a lo largo de la frontera (como la que tiene allí el Grupo M); así como hospitales y otras ejecuciones que nos permitan ayudar a nuestros hermanos de Haití, pero ellos en sus casas y nosotros en la nuestra; ya que como dice el pueblo, para ayudar al vecino no tienes que mudarlo en tu propia casa.

Quiero reiterar que el conflicto de los Balcanes, cuando Yugoslavia tuvo que soportar que su provincia separatista Kosovo se declarar independiente, estando dentro de su territorio, con la presión de la comunidad internacional que hoy no quiere hacerse responsable de Haití, se puede dar mañana aquí sino actuamos ahora y definimos de una vez y por toda una política clara con nuestros vecinos.

Decir por último, que la referida amenaza de Aristide mantiene su vigencia, dado el hecho de que él declaró recientemente en un cable de AFP que publicó el Nacional el pasado lunes 08/03/04, que seguía siendo el «presidente electo» de Haití y exhortaba a sus partidarios a mantener una «resistencia pacífica» contra la intervención extranjera que dice hay en Haití; lo que nos indica que éste todavía tiene control de sus partidarios y de esa misma forma también podrá dirigirlo hacia nuestro país desde el extranjero.

Atte.

Juan F. Burgos H.

Periodista

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