ANTONIO PEÑA MIRABAL
En vez de desacreditar el Plan Democrático de Seguridad Ciudadana, debemos emplear todas nuestras energías en fortalecer a Barrio Seguro, para impedir que la delincuencia continúe ganando terreno en la sociedad. A esta propuesta del Gobierno hay que darle el tiempo necesario, porque no podemos pretender que en cuatro meses, que es lo que tiene este programa en Santiago, la delincuencia desaparezca, cuando es un mal que viene de años.

Barrio Seguro es un intento serio de las actuales autoridades que incluye a comunitarios y organismos gubernamentales. El ejemplo es el barrio Capotillo de la ciudad capital, donde diariamente las bandas se enfrentaban a tiros y la delincuencia no permitía tranquilidad a sus comunitarios. Ya Capotillo desapareció de los titulares espectaculares de los periódicos y dejó de ser noticia en cuanto a la delincuencia, lo que significa que allí Barrio Seguro funciona. ¿Si funcionó en Capotillo, que impide que funcione en Santiago?

Barrio Seguro está trabajando con las Juntas de Vecinos y Clubes Culturales y Deportivos de las comunidades donde está presente. Además con las Iglesias y grupos de comunitarios organizados. La génesis de la delincuencia hay que buscarla en la sociedad misma, pero sobretodo, en la familia. Para transformar la realidad actual hay que atacar el problema en su origen. Padres irresponsables producen hijos delincuentes, quienes a su vez continuarán la cadena generando más delincuentes. Detener esto no es cuestión de meses, son años completos que hay que dedicar en la reeducación de la familia dominicana.

Es una lástima que comunicadores que hacen uso diario de medios de comunicación, se dediquen a desacreditar el plan de seguridad ciudadana, dizque porque no está dando resultados, como si lo que ha costado años producir, se puede extirpar de la noche a la mañana. Barrio Seguro no sólo es la jeepeta y los policías que van en ella, por tanto, cualquier desafuero que alguno de ellos cometa, no es como para echar abajo todo el programa. En la medida que vendemos a la audiencia de un programa radial o televisivo la “ineficiencia” de Barrio Seguro, estamos creando una actitud pesimista en la población sobre los objetivos a desarrollar por dicho programa, y de igual forma se la está indisponiendo frente al mismo.

La responsabilidad ciudadana frente a la delincuencia que azota al país, es como para no ver fallas en la implementación del programa Barrio Seguro, y apoyarlo en todo lo que sea posible. Hacen mal cuando desde un medio de comunicación pretenden burlarse del esfuerzo que hacen cientos de hombres y mujeres por llevar sosiego y tranquilidad a las familias que habitan en los barrios donde Barrio Seguro se está implementando. Quienes más deben colaborar con esta iniciativa son los que precisamente tienen la capacidad de llegar, a través de su programas de radio o televisión, a la familia dominicana. La lucha contra la delincuencia no es una tarea exclusiva del Gobierno, es responsabilidad de todo ciudadano preocupado por el destino del país, por tanto apoyemos a Barrio Seguro, y preguntémonos cada uno de los que habitamos esta tierra de Duarte, ¿qué puedo hacer yo para hacer más segura la sociedad donde vivo?

Es probable que esos comunicadores críticos de Barrio Seguro, estén preocupados porque lleguen a quedarse sin noticias espectaculares, desgarrantes, llenas de sangre, violaciones, estupros, ect. y Barrio Seguro le esté estropeando el rating de sus programas, por consiguiente, sus economías particulares. Un comunicador consciente de su responsabilidad social, no puede dedicarse a buscar los defectos que pueda tener cualquier iniciativa gubernamental tendente a enfrentar la situación de violencia y delincuencia que afecta al país en estos días, y hacer de ella la noticia. El comunicador es para informar, no para descalificar; para orientar, no para mofarse de una iniciativa seria de las autoridades. Apoyemos a Barrio Seguro que es apoyar la seguridad de la familia dominicana.