VICTOR GULIAS
La política, como la vida misma, se nutre de realidades. En las relaciones entre las naciones priman conceptos tales como intereses comunes, geografía, proximidad o lejanía, comercio, intercambio comercial, seguridad, defensas, tecnología y transferencia tecnológica puntos comunes en lo cultural, lo ideológico, en fin, una serie de categorías que mantienen cerca o lejos a los diferentes países.

El respeto a la soberanía de cada Estado, es un principio de aceptación universal, consagrada en las Cartas Constitutivas de la ONU, la OEA, los Bloques Regionales, e incluso en los convenios bilaterales entre países. Pero hay una realidad, más allá de toda regla escrita o consuetudinaria y que no invalida la defensa de la soberanía: la amistad entre los pueblos.

La República Dominicana, se quiera o no, es una nación pequeña, que comparte la Isla con otra República y que estamos ubicados, geográficamente, en el área de influencia geo-estratégica de los Estados Unidos, más del 75% de nuestro comercio exterior se realiza con el hermano norteño y políticamente, nuestra ideología es afín a la imperante en Estados Unidos.

Ambas naciones amamos la libertad y abrazamos la democracia. Tanto unos como otros, creemos en el mismo Dios; ellos, poderosos y fuertes y nosotros pequeños y ricos en dignidad, debemos marchar unidos por los mismos senderos de lucha contra el terrorismo, contra el narcotráfico, contra la tiranía y por el libre comercio, condiciones óptimas para habitar un mundo mejor.

Sin ser entreguistas ni sumisos, respetando y haciendo respetar las propias leyes, observando las Constituciones respectivas,

podemos y debemos mostrar nuestra amistad hacia los Estados Unidos de América, agradeciendo su cooperación y comprendiendo la actual agenda de Washington, nuestro aliado,  nuestro amigo, nuestro hermano mayor.

Cuando en meses pasados, el presidente Leonel Fernández reconoció que el país estaba en el patio de los EEUU, se levantó una polvareda y una oleada de crítica, pero ello no es sino una admisión de lo que dicta la realidad: que estamos ubicados en zona de influencia norteamericana, como España, por ejemplo, está en la zona de influencia de la Europa Unida o Japón lo está en la Asiática.

Con los Estados Unidos, es mucho más lo que nos une que lo que nos divide: un millón de nacionales nuestros vive, reside y trabaja en su territorio, cientos de millones de dólares salen de EEUU, en forma de remesas, hacia acá y de Gobierno a Gobierno, existen muy excelentes relaciones que debemos preservar y afianzar.

De modo que los que más conviene al interés nacional dominicano es preservar los lazos con EEUU y hacerlos más sólidos cada día, unirnos a la guerra norteamericana contra el tráfico y consumo de drogas, contra el lavado de activos, contra el terrorismo y la tiranía y por la democracia, la libertad, el libre comercio y la paz internacional. Que viva la fraternidad Domínico-Americanas. Que vivan las relaciones de nuestros países. Que viva la libertad y la hermandad RD-EEUU.