Apoyo a la agropecuaria

Apoyo a la agropecuaria

No importa si el dinero proviene de los fondos de pensiones o de Petrocaribe. La fuente debió ser la Ley de Gastos Públicos. Ya que estos recursos no pueden provenir de ésta, su fuente natural, carece de importancia la alternativa. Ahora lo realmente trascendente es la actitud del sector público frente a la producción agropecuaria y a los que intervienen como propulsores de ésta. Y de entrada conviene señalar que el sector público está comprometido con esta forma de producción por razones de seguridad nacional.

¿Procedimiento? En una adecuada organización del gasto público, sin inclinaciones a la dilapidación, se establecen las apropiaciones año por año. En momento en que la Ronda de Doha discute sobre proteccionismo, Estados Unidos de Norteamérica reitera su disposición a proteger su agricultura. Varios países europeos mantienen la misma actitud. Esos países saben que, para cubrir contingencias y asegurar el bienestar colectivo, tienen que fortalecer los productores primarios de bienes de consumo.

Quienes lo ignoramos somos nosotros. De ahí que el gasto público se diseñe en la forma tan impropia en que se presenta como Presupuesto de Ingresos y Ley de Gastos Públicos. La mayor parte de las apropiaciones concebidas, como se ha dicho hasta la saciedad, se dirigen a gastos de mantenimiento administrativo, servicio de deuda y subsidios. La proporción dirigida a estos objetos es tan elevada que no existe la posibilidad de impulsar a los sectores productivos.

De manera que una cuestión de seguridad como la alimentación del pueblo queda sin vinculación alguna con los afanes de los contribuyentes. Y lo peor es que los políticos que proceden para que este yerro se afiance como política pública prefieren ignorar que pueblo y contribuyente son una misma cosa. ¿Qué importa, pues, de donde provendrán los recursos para apoyar, conforme promesas ya asumidas, al sector agropecuario?

Ahora bien, se diseña por estos días el Presupuesto de Ingresos y Ley de Gastos Públicos para el año natural que comenzará el primero de enero. De manera que se abre, a los técnicos, la oportunidad de establecer las apropiaciones para la satisfacción de las promesas. Sea que provengan de los fondos de pensiones o de Petrocaribe los recursos que se destinen a la agropecuaria, deben consignarse los fondos de reposición en ese nuevo instrumento que alguna vez fue pensado como ariete del desarrollo. Pero la politiquería lo ha descalificado.

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