Apoyo a Leonel, pero sin impuestos

Apoyo a Leonel, pero sin impuestos

Por Bienvenido Alvarez-Vega
La gente del PLD, quiero decir la que se mueve alrededor del entorno del Presidente electo, está muy sorprendida con los disparos de fuego que los empresarios han lanzado y continúan lanzando contra su propuesta de reforma fiscal. Se esperaba una actitud diferente, más comprensiva y más en consonancia con las conversaciones privadas.

Pero no ha sido así. Parece que esta gente, casi toda con experiencia de gobierno y con una larga trayectoria política, primero en el PRD y otros partidos y luego en el PLD, olvidó la historia. 

La historia es esta. Después del ajusticiamiento de Trujillo, en 1961, no ha habido un solo caso de propuesta de alza salarial y de cambios fiscales que no haya sido criticado y hasta rechazado por las entidades empresariales y los economistas o abogados a su servicio. Este comportamiento ha sido una constante.

Más de una vez hemos referido el comentario de un notable historiador y estudioso del tema empresarial en la República Dominicana, quien nos dijo que encontraba, en sus investigaciones, un  abismo entre los discursos de los empresarios  y su práctica.

La otra cara de este comportamiento es esta: la mayoría de las veces los cambios fiscales se hacían como los gobiernos los proponían, y nada pasaba. No se caían las empresas, no se caían sus niveles rentables, ni dejaban de prosperar y ampliarse. Entre otras razones porque el ordenamiento económico dominicano no cuenta con dispositivo alguno que evite que los nuevos costos de producción, fiscales o de otros tipos, no sean transferidos a los consumidores finales.

Pues bien, el equipo económico del Presidente electo parece que esperaba que los empresarios respaldaran su propuesta fiscal. Sobre todo, porque la del gobierno del Presidente Mejía, que aparentemente es la diseñada por el doctor Andy Dauhajre y su fundación, es más intensa y más recaudatoria.

Los diseñadores de la propuesta política fiscal del doctor Fernández se han reunido cuatro veces con los directivos del Consejo de la Empresa Privada, incluyendo una larguísima en el aristocrático centro turístico Casa de Campo. Según los peledeistas, el único punto en que los empresarios agrupados en el Conep están de acuerdo es una frase tan genérica que no se sabe lo que significa: que la reforma sea integral.

La semana pasada se reunieron con los fabricantes de bebidas alcohólicas y con las compañías telefónicas, y esta semana lo harán con los banqueros agrupados en la Asociación de Bancos Comerciales. En cada local y en cada mesa de trabajo han encontrado el mismo rechazo a los cambios fiscales.

Cuando tocan este tema, en privado, los expertos del PLD recuerdan que en su primera reunión con los funcionarios y técnicos del gobierno, celebrada en las alturas del Banco Central de la República, sus colegas gobiernistas les dieron este consejo: si ustedes quieren reforma fiscal, no se pongan a negociar con los empresarios porque éstos no quieren nada que les sepa a impuestos. Y dijeron más: nosotros les dimos todas las vueltas que nos pedían, y al final no querían nada.

Posiblemente hay en estas expresiones elementos hiperbólicos y posiblemente las mismas escondan la falta de habilidad del Presidente Mejía y su equipo para entenderse con los empresarios, pero lo cierto es que los empresarios locales suelen rechazar la creación de impuestos aunque esta se haga en nombre del progreso y como salida a una crisis que afecta la estabilidad macroeconómica.

Pero esta reforma  u otra más intensa, quizás la del doctor Andy Dauhajre, tendrá que ser aprobada con relativa prontitud, porque de lo contrario tendremos que sentarnos a ver un cuadro económico más complejo y más nocivo para las empresas. Por lo tanto, habría que esperar que la demostración de fuego hecha en estos días por los empresarios bajará en las próximas semanas. Por fuerza de la realidad.

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bavegado@yahoo.com

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