Apoyo comunista favorece a Bachelet

Apoyo comunista favorece a Bachelet

SANTIAGO,  (AFP) –  El apoyo del Partido Comunista favorece una victoria de la candidata presidencial del oficialismo, Michelle Bachelet, en la segunda vuelta electoral del domingo en Chile, pero aumentó las acusaciones de la derecha que apoya a Sebastián Piñera sobre el peligro de “izquierdización”.

La ex ministra socialista del presidente Ricardo Lagos logró la primera mayoría en la elección del 11 de diciembre con cerca del 46% de los votos, seguida de Piñera con el 25,4%, el candidato conservador Joaquín Lavín, con el 23,2%, y el izquierdista Tomás Hirsch, que obtuvo sólo el 5,4%, apoyado por los comunistas y otras fuerzas menores.

Si la votación de Lavín se volcara en su totalidad hacia el líder de la derecha moderada, Piñera reuniría el próximo domingo más de un 48%, mientras Bachelet sobrepasaría el 51% si recibe todos los votos que obtuvo Hirsch.

Tras su derrota en diciembre, Hirsch anunció que en la segunda vuelta anulará su voto, porque la Concertación Democrática que gobierna Chile desde hace 16 años “no ha cumplido su programa” y mantiene un modelo de economía liberal “que favorece la inequidad”.

Pero el Partido Comunista, fuerza mayoritaria en el pacto “Juntos Podemos Más” que respaldaba al candidato de la izquierda dura, resolvió apoyar a la abanderada del bloque oficialista que encabezan el socialismo y la democracia cristiana, después de dos semanas de reflexión.

“Ella recibió el apoyo del Partido Comunista tras una serie de compromisos que la gente desconoce”, dijo una fuente de la conservadora Unión Demócrata Independiente (UDI), que prefirió no identificarse.

“No hay ninguna negociación que favorezca a nuestro partido ni con cargos públicos ni con prebendas de ningún tipo”, aseguró el líder comunista Guillermo Teillier, después que el gobierno de Lagos puso en la agenda del Parlamento una reforma al sistema electoral binominal.

Ese mecanismo, impuesto por la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990), favorece la formación de grandes bloques, como la Concertación y la opositora Alianza por Chile, integrada por dos partidos de derecha, pero impide la representación en la vida pública de partidos pequeños como el comunista.

En la elección de diciembre, donde también fue renovado el Parlamento que asumirá en marzo próximo, la Concertación obtuvo por primera vez en 16 años una mayoría en las dos ramas legislativas, con 65 de los 120 diputados y 20 de los 38 miembros del Senado.

Dentro del bloque de gobierno, la corriente izquierdista formada por el Partido Socialista de Lagos y Bachelet, el Partido por la Democracia (PPD) y los radicales socialdemócratas, quedó representada por 14 senadores y 42 diputados, mientras la democracia cristiana pasó a ser minoría.

Para algunos dirigentes de la derecha, este desplazamiento en la correlación de fuerzas representa una amenaza, porque si el presidente elegido es Piñera, tendrá un parlamento opositor.

Si la elegida es Michelle Bachelet, en cambio, también “la hegemonía que tendrá la Concertación es muy peligrosa”, advirtió el dirigente de la UDI Francisco de la Maza.

“El nuevo Congreso puede aprobar leyes sin contrapesos que podrían ser desastrosas”, agregó de la Maza, al insistir en que éste “es un riesgo grande”.

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