Apple debería aprender de las “ventanas” rotas de Microsoft

Apple debería aprender de las “ventanas” rotas de Microsoft

Cuando los genios del departamento de diseño de Apple comenzaron a pensar en cómo fabricar un teléfono, lo primero a lo que llegaron fue a la rueda de desplazamiento.

Esta, después de todo, fue la invención que había hecho grande al iPod: Usted podría rebuscar en largas listas de canciones o artistas con un satisfactorio movimiento del pulgar. ¿Podría haber allí en algún momento una mejor interfaz de usuario para un dispositivo digital de bolsillo?.

La respuesta, por supuesto, es: “Sí, podría haberlo”. Con el iPhone, los diseñadores de la compañía terminaron con algo totalmente diferente. El resto es historia.

Alrededor de un millardo de smartphones y de tablets con el tipo de interfaz de pantalla digital que fue inventada para iPhone es posible que se entreguen este año, de acuerdo a la firma de investigación tecnológica IDC.

Si sólo uno de cada mercado nuevo fuera abordado con una mente tan abierta. Pero lejos de abordarlos como un territorio virgen requiriendo nuevas ideas, como hizo Apple con el iPhone, las compañías tecnológicas tienden a verlos como un territorio disputado a la espera de ser colonizados.

El resultado son los mecanismos que no funcionan tan bien como deberían y los consumidores confundidos. Nadie ha sido más culpable de esto últimamente que Microsoft.

La compañía que dominó la primera era de la computación personal, que ha estado luchando por una forma de tomar la iniciativa ahora que Apple ha cambiado el enfoque de los consumidores de sus computadores de escritorio hacia una tecnología móvil manual.

Aproximadamente 400 millones de PC todavía es posible que sean enviadas este año, pero su software ya no es la cosa en torno a la cual gira la vida de las personas.

Windows 8, el nuevo sistema operativo introducido el año pasado para corregir este estado de las cosas, parece ser un ejemplo espectacular de la combinación de la interfaz equivocada con la pantalla equivocada.

No es muy tarde para cambiar el curso, aunque es menos fácil ver cómo Microsoft puede superar el mayor problema estratégico que Windows 8 pretende resolver.

El último sistema operativo de PC de la compañía fue diseñado con las tablets en mente, junto a otros mecanismos de pantallas digitales.

Este es un mercado en el cual este ha sido completamente aventajado por Apple y Google, así que usar el ubicuo Windows para luchar en contra, era un movimiento obvio.

Y una vez que la gente comience a usar el nuevo sistema en las tablets, como va el pensamiento de Microsoft, es más posible que  usen la versión de Windows diseñada para smartphones.

Sólo hay un pequeño problema: el software no es tan intuitivo de usar por las personas en las PC tradicionales.

Las ventas de nuevas máquinas han bajado fuertemente desde que fue lanzado el último sistema operativo, y cualquier persona que utilice el software con teclado y mouse enfrenta una empinada curva de aprendizaje, admite actualmente la compañía. Eso es desafortunado, dado que esto abarca a la gran mayoría de los usuarios de Windows. Los cambios para la interfaz están ahora en camino.

Es tentador escribir que el resbalón de Microsoft podría ser el último hurrah de un antiguo monopolista en apuros. Pero el grave error no fue un caso aislado de soberbia tecnológica. Lejos de esto: la mayoría de los grandes nombres en la tecnología de consumo han mostrado una tendencia similar.

Si ellos han estado ciegos a las necesidades de sus clientes, se debe frecuentemente a que ellos eligen ver el mundo en una forma que refleja sus propios prejuicios corporativos.

Por el contrario, Google trató de imponer su mecanismo de búsqueda sobre los usuarios que utilizan su servicio de televisión. Esta fue una jugada sacada de la Guía de Microsoft para el Aspirante a Monopolista: tomar un producto dominante de un mercado y usarlo para plantar una bandera en otro. El resultado fue un fracaso.

Mientras tanto, Facebook, una compañía nacida en la era de la PC, ha estado tratando de auto-imponerse en los smartphones. Esto ha incluido el lanzamiento el mes pasado del Facebook Home, una pieza de software diseñada para convertir los auriculares que usa el software Android de Google en vehículos para una nueva Facebook-lite.

Algunos de los primeros resultados no son motivadores. En EEUU, esta semana, AT&T redujo el precio del teléfono insignia con el cual se pretendía mostrar el nuevo software de Facebook desde $99 hasta sólo 99 centavos de dólar.

Incluso Apple no es inmune. Esta ha estado intentando lo que Microsoft hizo con Windows 8, sólo que al revés, y en una forma más sutil. Las características de su software iOs para dispositivos móviles han comenzado a aparecer en Macs.

Una tienda de aplicaciones aquí, una barra de notificaciones allá, y muy pronto Mac comienza a parecer un iPad trucado. Pero no está claro que este modernismo progresivo será un éxito para los usuarios.

Para Microsoft, la ironía es que, atado al Windows 8, no tiene una, sino dos interfaces altamente efectivas. La PC de escritorio puede no ser muy encantadora, pero es uno de los aparatos más usados del mundo en lo que se refiere a la tecnología de consumo.

Y los coloridos bloques de “live tiles” que Microsoft ha desarrollado para las pantallas táctiles han sido ampliamente elogiados, aunque han causado muy poca sensación en el mercado de smartphones donde primero fueron usados.

La confusión ha provenido de superponer lo nuevo por encima de lo viejo, un caso clásico de la historia de la “cola que mueve el perro”, y esperando que los usuarios “alternen” entre los dos.

Todo esto señala la solución simple y obvia: poner una versión del software de PC en las PC y una versión de tablet en las tablet. Las PC serían capaces de “iniciar” directo en una PC de escritorio, mientras que los usuarios de tablet podrían jugar a sus anchas con el live tiles.

El restablecimiento de la experiencia de la PC podría ser completada con el retorno del familiar botón de “inicio”, el cual fue dado de baja del software.

Si se toma esta posición, los dolores de cabeza del lanzamiento de Windows 8 podrían eventualmente desaparecer.

El software sería mostrado a su mejor ventaja en cada tipo de dispositivo.

No obstante, hay un problema con este enfoque, y es que este forzaría a Microsoft a admitir su mayor problema estratégico. Sería dejado, al menos por ahora, con un buen (pero decadente, sistema operativo de PC, y un buen (pero apenas usado) sistema operativo de tablet.

Este no es un resultado atractivo para una compañía que una vez fue la bestia más temida en la jungla de la tecnología. Pero un software con doble personalidad no es la solución.

 

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