Aprenda cómo ser un experto en seducción

Aprenda cómo ser un experto en seducción

EFE. Reportajes. El día de los enamorados suele pillar a muchos con el paso cambiado, enamorados pero solos, porque su timidez o su inseguridad les ha impedido confesar su amor. Para no pasar otro año comiendo bombones en casa sin nadie a quien decir “te quiero”, nada mejor que asistir a una escuela de seducción.

Llega San Valentín y, mientras las parejas festejan su felicidad por todo lo alto, se acrecienta la frustración de aquellos hombres  que aún no han encontrado a su media naranja, ya sea por timidez, inseguridad a la hora de confesar su amor o, en el peor de los casos, porque están plenamente convencidos de que no tienen nada que hacer con el sexo opuesto.

Sin embargo, nunca es tarde para convertirse en todo un seductor, y, además, prácticamente cualquier hombre puede conseguirlo. Eso es, al menos, lo que defienden las cada vez más numerosas escuelas de seducción, cuyos métodos y enseñanzas, ya sean impartidos en vivo o incluso a través de Internet, prometen transformar a un don nadie en todo un donjuán, casi de la noche a la mañana.

Seducirse a uno mismo es la clave. “La primera persona a la que debes seducir, la más importante, eres tú», esa es la clave, según manifiesta el español Mario Luna, autor de varios libros sobre el arte de ligar y fundador de Seducción Científica, una destacada escuela de seducción de España.

Un galán debe “creer en su propio atractivo, al margen de cualquier resultado externo”, insiste este profesional acerca del cortejo, asegurando que, tras varios años de investigación, él pasó de ser un “absoluto inepto social” a convertirse en alguien con “un éxito sexual y emocional muy por encima de la media”, por  lo que cree firmemente que cualquier hombre puede lograr lo mismo.

Así, “una vez que uno se convence a un nivel profundo de que es lo mejor que puede experimentar una mujer, dicha creencia se filtra en su actitud; en cada gesto, postura, etc. y se vuelve mucho más magnético”, según afirma Luna.

El ego, el gran enemigo. No obstante, para que un hombre conquiste a la mujer de sus sueños no basta con que se quiera a sí mismo; ese es el primer y fundamental paso. También debe “entender e interiorizar las diferencias entre la psicología masculina y la femenina, en lo que se refiere a sus respectivos mecanismos de atracción, los cuales difieren mucho entre sí”, explica Luna.

Según sus palabras, “el desconocimiento sobre esto es la principal causa de frustración entre las personas con poco éxito amoroso”, y, por ello, tanto los vídeos online como los talleres y las clases de Seducción Científica hacen hincapié en esta cuestión.

“El mayor obstáculo al que se enfrentan los hombres es su propio ego, y es que les cuesta reconocer que están más perdidos que un pato cuando se trata de entender las necesidades femeninas”, señala Luna, quien destaca una serie de actitudes “erróneas” que se deben eliminar.

Actitudes a eliminar. Son, entre otras, la mentalidad de escasez, que consiste en que el hombre sienta necesidad por la primera mujer atractiva que le haga caso; la incapacidad de detectar lo que hace única a una mujer, más allá de su atractivo físico; o la obsesión con el resultado, en lugar de priorizar el proceso como algo estimulante que hay que disfrutar, ocurra lo que ocurra.

Y, sobre todo, lo que un aspirante a seductor debe corregir es el déficit de habilidades para dar una dirección romántica y sexual a las interacciones y así no caer en la llamada “zona de amigos”. Es decir, hay que evitar a toda costa convertirse en ese “imprescindible compañero” al que ella acaba hablando de los chicos con los que se acuesta, “lo que resulta castrante y tiene un efecto devastador sobre la autoestima de los hombres”.

Para ellas, el físico no cuenta tanto.   “La mayor limitación es creer que, para ellas, el físico cuenta tanto como para los hombres”, sostiene Luna.

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El seductor

Debe incluir el respeto y el cuidado de su cuerpo, por dentro y por fuera, “lo que le dirá a ella que ese hombre cree en su producto”, es lo que  aconseja el  experto.

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