Aprendamos a hablar en creole

Aprendamos a hablar en creole

JOSÉ B. GAUTIER
Para el pueblo dominicano y sus autoridades es muy importante aprender hablar en creole (ann aprann pale kreyol), el idioma que se habla en la República de Haití. El asunto es determinar quién lo enseña, por qué y con cuales propósitos. ¡Abramos esa caja de Pandora para examinar los males que contiene! ¿Puede cualquier persona o entidad social, cultural o religiosa establecida en territorio dominicano, sin el control y la aprobación de la Secretaría de Estado de Educación o de Cultura editar un manual o libro y abrir cátedras o clases con mensajes antinacionales para ser usado como texto para enseñar creole en el país a la población dominicana, ya sea en ciudades, pueblos, campos y bateyes, y en universidades, escuelas, instituciones gubernamentales, cuarteles militares o iglesias?

¿Es que en este país ya no hay autoridades gubernamentales ni tribunales de justicia que puedan detener este tipo de terrorismo basado en el adoctrinamiento ideológico realizado en forma abierta y descarada por esos religiosos que propician la destrucción de la nación dominicana y su gobierno democrático y representativo?

Observa este ejemplo sencillo, para consumo de una población ingenua, dirigida por autoridades tontas: El Centro de Coordinación y Animación Pastoral Haitiana del Arzobispado de Santo Domingo, utiliza un sistema novedoso para enseñar creole llamado «Método Práctico para Aprender el Idioma de la República de Haití». (En las Fuerzas Armadas dominicanas –Ejército, Aviación, Marina–, y en la Policía Nacional, y en muchas de sus instituciones también, a todos los niveles, se utiliza este manual, algunos con profesores haitianos muy calificados, para enseñar creole a sus miembros).

Por ejemplo, citamos textualmente traducido al español lo que dice en creole la lección 11:

Luisa: ¿Dónde está Radio Enriquillo?

Ozval: Radio Enriquillo está en el poblado de Tamayo, cerca de Barahona.

Pancho: Radio Enriquillo tiene problemas. Y Haití tiene problemas también.

Ozval: ¿Qué le sucedió a Radio Enriquillo?

Luisa: Dicen que Radio Enriquillo interrumpe su emisión en creole a partir del viernes 14 de febrero de 1993.

Pancho: ¿Usted conoce las razones? ¿Quién suspendió las emisiones en creole?

Luisa: Según dicen fue la Dirección General de Comunicaciones que ordenó la suspensión en creole.

Pancho: ¿Cómo puede ser eso?

Luisa: Dicen que fue una carta que recibió el Director.

Ozval: ¿Cómo se llama el Director? Lo conozco. Es el Padre Rikwa. No sé si aun esté ahí.

Pancho: Sí, sí, es muy duro.

Ozval: ¿Qué razones pusieron para suspender las emisiones en creole?

Luisa: La radio da noticias en creole para toda Haití.

Pancho: ¿Quién escucha la radio?

Luisa: A toda clase de persona le gusta escuchar la radio. Pero los golpistas no quieren entender las verdades que dicen por la radio. Ellos mismos detuvieron al llamado Ivon Masak porque hablaba por Radio Enriquillo.

Ozval: Con razón el proverbio que dice: «uno solo es débil.

Pancho: Juntos somos la fuerza

Luisa: Juntos, juntos formamos una avalancha. «Yon sel nou feb, ansanm, nou fo…. -ansanm, ansanm, no se lavalas».

Aquí termina la lección 11 del «Método Práctico para Aprender el Idioma de la República de Haití» auspiciado por el Arzobispado de Santo Domingo.

Esta lección 11 no tiene desperdicios. Ataca la institucionalidad en un Estado dominicano de derecho. Se inmiscuye en los asuntos internos del Estado y el gobierno haitiano. Santifica la labor pastoral haitiana de la Iglesia Católica dirigida por el Padre Rikwa. Exhorta a un Lavalas domínico haitiano isleño. Y para colmo se divulga y se enseña en todas las instituciones gubernamentales dominicanas civiles, militares y eclesiásticas. Otras lecciones del Manual son primores para aprender creole cantando sobre el patriotismo haitiano. Exaltando el amor a la bandera haitiana. Glorificando a la mujer haitiana. Sobre la organización del pueblo haitiano. Veamos el repertorio cantando con títulos en creole y traducciones al español:

«Ochan peyi nou».. por un país nuevo; «fanm ayisyen»… Mujer haitiana; «organizacyon pep la»… organización del pueblo; «alelouya pou ayiti»… Aleluya por Haití; «ayiti demen»… Haití del mañana.

Amigos lectores, usted pueden interpretar el mensaje Lavalas como gusten, desde cualquier ángulo político, religioso, militar, cultural o social que deseen. Esa Avalancha de que «juntos somos la fuerza», trasmitida por religiosos católicos pro haitianos en las escuelas de creole en todo el territorio dominicano lleva un mensaje oculto, como campanada de aviso, formando parte de una conspiración en proceso de expansión por los medios didácticos controlados por la Iglesia Católica. Despierten. ¡No sigan soñando De Colores agarradas las manos los militares dominicanos con sus hermanos haitianos cantando y jurando por la bandera haitiana aprendiendo creole!

Este país está atrapado entre las faldas de maquiavélicas sotanas de obispos y sacerdotes católicos, que están doblando las campanas de todas sus iglesias, anunciando la muerte de la nación dominicana. Cuando no son los obispos entremetidos hasta la coronilla opinando en materia política, desde proclamadores de resultados electorales hasta mediadores de políticas fiscales, son curas y sacerdotes predicadores de desastres económicos y de defensores de las migraciones ilegales de haitianos al país. Quieren un Estado fundamentalista cristiano de ellos y para ellos, como en la época de la Inquisición Medieval. Para todos estos religiosos ya debemos ir los dominicanos rezando el Padre Nuestro en creole.

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