Aprendamos de nuestros triunfos

Aprendamos de nuestros triunfos

El pueblo dominicano vive el rechazo de la cementera en Los Haitises como un gran triunfo. Triunfo de los jóvenes que asumieron esa lucha como propia, del movimiento ambiental y de la inmensa opinión pública que en forma creciente fue creando un sentimiento favorable a dicho rechazo.

¿Contra quién? Contra el gobierno del Dr. Fernández, a quien no le importó Los Haitises. Contra Jaime David Fernández Mirabal, ministro de medio ambiente, que se plegó a los designios del gobierno. Y triunfo contra un cada vez más poderoso grupo económico, con asiento en Santiago, conformado según el modelo con que se han constituido todos los demás grupos poderosos que dominan el país.

 Ahora, debemos celebrar y sacar las enseñanzas de esta exitosa lucha, porque lo de la cementera de Los Haitises se queda chiquito en relación a lo que este gobierno hizo con la Constitución de la República y lo que hizo con el grupo encabezado por el señor Cisneros, un extranjero que ya tiene mucho más poder en el país que muchos de los tradicionales grupos locales, y que, asociado con los Bush, cuyas tropelías son conocidas, le ha doblado el brazo al gobierno en lo de la mina de oro de Cotuí y algunas otras concesiones altamente lesivas para el interés nacional.

Además, lo de la mina de oro de Cotuí es parte de un gran plan neoconservador de entregarle al gran capital, internacional y nacional, los medios para potenciarse y multiplicarse, consolidando el Bloque de Poder que habrá de sustentar a éste y los próximos gobiernos que nos están programando a los dominicanos y dominicanas, para que todo siga de mal en peor.

Los gobernantes, las actuales y los que están en la gatera, tienen sus planes y sus aliados, y ven el destino del país en función de sus intereses y los de sus sustentadores. Nosotros, todo el arcoiris comprendido por la izquierda, los hombres y mujeres honestas del país, los que hoy hacen ingentes esfuerzos por crear una trinchera que sirva de base para contribuir a crear una alternativa política: todo ese arcoiris de fuerzas, tenemos que aprovechar estos avances, como el de Los Haitises, para aprender de los caminos que pueden conducir a construir alternativas.

La consigna “Esa no es mi Constitución”, empieza a aparecer por todas partes. Debemos profundizar este esfuerzo y ligarlo a lo de luchar por una Constituyente por elección popular. Ahora explota lo de la entrega vil de nuestros recursos naturales y mineros. Alentemos la resistencia. Liguemos estas vilezas con el plan de Leonel y Miguel de construir una “nueva era conservadora en el país”.

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