Aprende a cuidar de tus pies, como si se tratara del rostro

Aprende a cuidar de tus pies, como si se tratara del rostro

De acuerdo a cómo luzcan tus pies cualquier médico naturista y podólogo puede darse cuenta de si tu organismo está saludable  o no, incluso el estado de las uñas, aunque aparentemente luzcan “saludables”, da pistas irrefutables sobre tu estado de salud.

Así como te preocupas por retirar el maquillaje de tu piel, aplicar una buena limpiadora y un humectante, para que tu rostro luzca lo mejor posible, así deberías prestar más atención a esas extremidades que soportan el peso de tu cuerpo todo el día, que apretujas en zapatos lindos, pero incómodos haciendo que le salgan callos, raspones, ampollas y cualquier tipo de dolor muscular.

Los pies deben cuidarse adecuadamente y aquí te guiamos para que aprendas tips que establecerán una gran diferencia. La planta de los pies es de las zonas de una sensibilidad extrema, ya que está repleta de vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas. Además es la planta la que soporta todo el peso de nuestro cuerpo y por ello, la más resentida después de un duro día de trabajo.

Los tacones tampoco son de gran ayuda, ya que alteran la función amortiguadora del arco y llegan a provocar dolores de espalda y cabeza, además de afectar a la postura  y musculatura de la pierna.

Cuando los zapatos son estrechos aparecen callos y juanetes, o rozaduras como respuesta a tanta presión. Tampoco hay que abusar  del zapato sin apoyo, pero es bueno usar sandalias sin altura, de tiras, que dejen al aire libre el pie para que pueda respirar y que los dedos puedan estirarse cómodamente.

Algunos de los problemas que pueden dar los pies son callos, con zapatos estrechos e hinchazones.

Importante

Es conveniente para tus pies seguir las siguientes recomendaciones:

– Andar descalza siempre que sea posible por la hierba, la arena de la playa, alfombras y moquetas, ya que activa la circulación de la sangre y el pie transpira y descansa mejor.

– Cuando los pies se encuentren recalentados o doloridos, se ponen a remojo en agua tibia con sal durante unos minutos; también se pueden añadir al agua unas gotas de lavanda para producir un efecto relajante.

– Si tienes callos o durezas, puedes utilizar la famosa Piedra Pómez, y con ella exfolia los pies cada dos o tres días, sobre todo en verano. Una crema específica hidratante, se pueden dar suaves masajes, insistiendo en el talón para mantenerlo hidratado y suave. También es bueno cubrir los pies con calcetines de algodón durante unas horas.

– Es recomendable seguir una dieta equilibrada y variada, especialmente alimentos o grageas con vitamina D, esencial para mantener compactos los 26 huesos de cada pie. Supone un elemento que aporta fortaleza a los pies, más aún cuando les da el sol.

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