Aprende a ofrecer a tus niños
una nutrición sana y deliciosa

Aprende a ofrecer a tus niños<BR>una nutrición sana y deliciosa

Se dice que somos lo que comemos y es cierto. Por ello es fundamental seguir una alimentación equilibrada que aporte a nuestro organismo los elementos necesarios para el mantenimiento de la vida y la salud. El actual ritmo de vida ha propiciado un cambio en los hábitos y costumbres alimentarias de la población de los países desarrollados. El poco tiempo de que se dispone para cocinar e incluso para comer, con horarios tan apretados, la dificultad para llegar al puesto de trabajo, hace que prospere un tipo de comida conocida como comida rápida o fast food.

El término comida rápida o fast food no es un invento reciente ni originario de Estados Unidos. La comida rápida ha existido desde siempre, adaptada a las costumbres de los distintos países. Sin ir más lejos, en España, como ejemplos de comida rápida se pueden citar el clasico bocadillo y las populares tapas, y otro ejemplo cercano fuera de nuestras fronteras se puede encontrar en las famosas pizzas italianas.

El éxito del fast food radica en la rapidez, la diversidad de productos, la comodidad y su bajo precio, sin olvidar otros aspectos también importantes a la hora de elegir, como una buena palatabilidad, fácil consumo y saciedad inmediata. Lo que se come, sabe bien, es fácil de masticar, gusta y quita el hambre.

Por esta razón no es de extrañar que cada día sean más los adeptos, sobre todo entre los jóvenes, y que un buen número de cadenas de comida rápida proliferen en las grandes ciudades.

Sin embargo, son también muy numerosos los detractores de este tipo de alimentación que se señala como una de las causas más directas, unida a la falta de ejercicio, de las enfermedades cardiovasculares, el sobrepeso y la obesidad que afectan a países desarrollados, como por ejemplo la obesidad de la población norteamericana.

Así han surgido iniciativas como el denominado Slow Food, una organización nacida en Italia en 1989, que ya cuenta con más de 70.000 socios distribuidos por los cinco continentes y que utiliza como símbolo un caracol. Slow Food cuestiona la comida industrial y rápida y promueve el placer de la mesa, el comer pausadamente, de forma distendida, conservando platos tradicionales, disfrutando de alimentos autóctonos y utilizando una amplia variedad de alimentos que garanticen una alimentación equilibrada y saludable. Pero, ¿esto acabará con el imperio conseguido por la comida rápida o fast food a corto o a largo plazo?

Las claves

Una buena alimentación se refleja en la apariencia y se la asocia con una estructura ósea bien desarrollada, un peso armónico de acuerdo con la estatura, una expresión alerta y despierta, pelo brillante, estabilidad emocional, buen apetito, hábitos de sueño saludables, resistencia a la fatiga, tránsito intestinal regular y también buen humor. «Somos lo que comemos, y en función de lo que comemos hoy seremos en el futuro». A esta edad el niño participa en su alimentación y es libre de escoger y decidir la cantidad y tipo de alimentos que consume, aunque la familia y el colegio son responsables de ella. Además recibe mayor variedad de alimentos.

En principio, se podría pensar que comida rápida y salud son incompatibles, pero lo cierto es que a la hora de comer hay pocas cosas prohibidas. Todo depende de saber elegir y hacerlo de la forma más saludable sin olvidar las pautas nutricionales marcadas por los expertos.

No se puede decir que la comida rápida se trate de algo estrictamente desaconsejable, aunque sí lo es cuando se convierte en un hábito diario. Se pueden consumir estos alimentos de vez en cuando, en el conjunto de una dieta variada y equilibrada.

El problema se presenta cuando se abusa del fast food, la alimentación se convierte en algo monótono, y su ingesta pasa a sustituir la de muchos alimentos básicos. Por ejemplo, tomar una hamburguesa acompañada de unas patatas fritas, una bebida refrescante y un helado, dejando a un lado una ensalada, verduras, frutas, lácteos… necesarios en toda dieta variada y equilibrada. Esto podría ocasionar un desequilibrio nutricional y adoptar hábitos alimentarios que se pueden calificar de poco saludables. Para una correcta alimentación, es esencial que la dieta sea variada y equilibrada. En este sentido conviene hacer hincapié en un hecho. Es importante tener en cuenta que las tapas se han convertido en muchos casos en hábito cotidiano dentro de la ingestión diaria. Si se come a base de tapas, sustituyendo así la comida principal del día, se puede provocar un déficit nutricional importante

Si su papel es el de un buen aperitivo acompañadas de una bebida antes de comer, puede resultar un suplemento calórico que lleve consigo un exceso calórico acompañado también de un déficit nutricional, al sustituir a otros tipos de alimentos menos calóricos y aconsejables. No obstante, no hay porqué renunciar a nada, basta con ser moderado.

Además, otro aspecto importante es que la ingesta de alimentos requiere una masticación correcta. Esto es, no es lo mismo «comer rápido» que «engullir». Es preciso emplear el tiempo necesario para una masticación correcta. Uno de los mayores inconvenientes de la comida rápida es la gran velocidad a la que se ingiere.

Justamente ahora en  Navidad  las comidas familiares y con amigos se multiplican. El problema llega cuando estos festejos se convierten en la «excusa» para realizar excesos, tanto en la comida como en la bebida. Además de las consecuencias a medio y largo plazo (ganancia de peso, desequilibrios metabólicos, como elevación de grasas y azúcares, etc.), existe la posibilidad de sufrir consecuencias, a veces graves, derivadas de estos excesos.

El consumo de alimento en grandes cantidades, y más si estos son pesados y ricos en grasas, azúcares y ácido úrico (como cordero, pavo, cochinillo, patés, dulces, turrones, marisco…) provoca un sobreesfuerzo del aparato digestivo que se puede representar en numerosas secuelas, lo que supone gran incomodidad. Es el caso de ardor, acidez, pesadez, flatulencia, hinchazón abdominal y digestiones lentas.

Si no hay contraindicación médica, se puede comer de todo, pero con moderación y sentido común, para no tener que arrepentirse más tarde, pasar un mal rato y no poder disfrutar de otras diversiones.

Además del abuso en la comida, también el exceso de alcohol puede traer consecuencias negativas, en ocasiones mucho más graves. Entre ellas se encuentran la esofagitis aguda por reflujo, la gastritis aguda, la gastritis hemorrágica (también llamada lesiones agudas de la mucosa gástrica), la pancreatitis aguda y la hepatitis alcohólica. Esofagitis aguda por reflujo.

Normalmente se manifiesta en forma de ardor intenso que asciende desde el estómago hacia el cuello, dolor torácico de tipo opresivo, regurgitación de alimentos, náuseas y vómitos. Cede con el reposo, una dieta suave, antiácidos y protectores gástricos que inhiban la secreción de ácido.  Gastritis Aguda, Gastritis hemorrágica; Hepatitis alcohólica.

En la web

www.perspectivaciudadana

La comida rápida se ha convertido en una forma de vida.

El americano típico come tres hamburguesas y cuatro órdenes de papas fritas cada semana…

www.zonadiet.com/

Comida rapida o chatarra, fast-food, junk-food y sus riesgos para la salud. Inconvenientes de su consumo diario.

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