Aprender a manejar la llegada de un jefe nuevo a la empresa

Aprender a  manejar la llegada  de un jefe nuevo a la empresa

Hay diversos aspectos que considerar al momento de tener un nuevo jefe, pues las cualidades del nuevo líder son fundamentales para el desempeño de la organización y sus trabajadores. La buena disposición, el trabajo en equipo y la colaboración son claves para afrontar el cambio de manera positiva.
Olga María Renville, del Centro Terapéutico Psicológicamente, explica que la vida laboral suele estar llena de cambios, algunos esperados, otros no. A medida que transcurre el tiempo, los seres humanos creamos “zonas de confort” en torno a las personas que forman parte de nuestros equipo de trabajo.
“La llegada de un nuevo jefe es una situación a la que tarde o temprano, muchos nos podemos enfrentar a lo largo de nuestra vida profesional”, explica.
De igual manera señala que es normal que luego de tener un jefe durante mucho tiempo, la llegada de uno nuevo provoque preocupaciones y temores al principio. Con él llegan nuevas ideas y un enfoque diferente de cómo hacer las cosas. Para muchos empleados suele ser un reto lograr ganarse la confianza del nuevo jefe.
La especialista dice que debemos tener claros algunos conceptos que con frecuencia podemos observar en el ambiente laboral.
Si bien es cierto que debemos dar la más cordial bienvenida al nuevo integrante del equipo, en este caso el líder o jefe, también es cierto que debemos aprender a reconocer cuando la conducta está cruzando los limites, porque una cosa es ser colaborador, servicial y ofrecerse a ayudar con lo que se pueda, y otra, ser servil.
“Cuando una persona está presta a cumplir con su trabajo, un servicio por el que se le remunera, tiene muy claro cuáles son sus obligaciones laborales y morales, vive y actúa con un ánimo de ayudar a otros, especialmente aquellos que, siendo más vulnerables, lo necesitan más, sin esperar nada a cambio, se le califica como “servicial”; pero aquellas personas que solo son atentas con quienes consideran que pueden retribuirles económicamente o facilitarles su ascenso en la escala de poder y que están dispuestas a complacerlas, aún a costa de violar leyes y principios morales e incluso se auto-devalúan, no pocas veces; esas personas reciben otro nombre: “serviles” (para expresarlo de forma universal)”, explica la psicóloga.
Para que los trabajadores afronten la llegada del nuevo jefe con éxito, la experta recomienda lo siguiente:
1. Comunicación. Tener una adecuada comunicación con el nuevo jefe sobre lo que se espera en este proceso de trabajo es importante para tener las tareas claras. Es fundamental ser honesto, claro y directo.
2. Integración. Es importante que los empleados apoyen e integren a la persona que llega a la jefatura para conservar un buen clima laboral y el trabajo en equipo.
3. Excelente desempeño. Es fundamental que los trabajadores den lo mejor de sí y demuestren sus habilidades y profesionalismo desde un principio. Esto permite que el nuevo jefe conozca el potencial de su equipo y se arme una buena imagen de sus trabajadores.
4. Establecimiento de una metodología de trabajo. Hay que coordinar con el nuevo jefe si se mantendrá la metodología de siempre o si se va innovar en la forma de trabajar.
5. Comprender el estilo de liderazgo del nuevo jefe. Es conveniente darse un tiempo para conocer la forma de trabajo del nuevo líder y poner atención a cómo le gusta que se hagan las cosas y cómo espera que le presenten nuevos proyectos y solicitudes.
El nuevo líder. Por su lado, el nuevo jefe debe mostrarse agradecido con el anterior jefe y en la disposición de aprender del equipo que asume. Aquí la frase sería algo así como: “Cuidaré de tu equipo en tu nombre”.
Se recomienda que los estrategas de la empresa le den las gracias al anterior jefe al momento de la transición. Hablar mal de quien se va debilita al equipo y pone al nuevo en un difícil lugar.
Ser amigable. El nuevo jefe debe estar consciente de que es el último en llegar y tiene mucho que aprender del equipo. Quizás quiera traer algún nuevo colaborador, pero para evitar que sea el “malo de la película”, se recomienda que aliente a que el departamento lo instruya y lo integre.

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