Aprendiendo a pensar escuchando

Aprendiendo a pensar escuchando

BLAS R. JIMÉNEZ
Para construir una dominicanidad basada en el respeto mutuo y la aceptación de las diferencias es necesario iniciar un proceso educativo que nos permita aprender a escuchar y cuestionar nuestros pensamientos. Solo así aprenderemos a escuchar y cuestionar las ideas y pensamientos de los demás. Ya lo dicen los manuales desarrollados por los consultores educativos de todas las instituciones multilaterales, debemos educarnos para aprender a emprender y aprender todo el tiempo

El proceso educativo tiene que ayudarnos a comprender los cambios en el significado de la educación misma, ya que vivimos un tiempo en el cual el estar educado va mucho mas allá del saber leer y escribir. Un tiempo en el que para estar educado hay que aprender a pensar. El tiempo de la edad de la información. La Era del reino del conocimiento.

¿Aprender a pensar? Sí, Aprender a digerir las ideas e ir más allá del significado de la palabra, ir más allá de la sensación del momento. Es debatirnos con las diferentes emociones y definiciones que nuestra civilización y otras civilizaciones han asignado al concepto. Es crearnos en visiones dialécticas de lo que creemos ser e identificarnos con el «otro» dentro de nosotros.

Como ciudadanos del mundo, quienes somos étnica y/o culturalmente descendientes de africanos, debemos preguntarnos acerca del sistema ético dentro del cual estamos educando las futuras generaciones y educándonos. Preguntarnos si queremos cambiar el sistema eurocéntrico, de relaciones antagónicas, y diseñar una nueva ética de patrones incluyentes, para guiarnos en la construcción de nuestra historia futura.

No debemos permitir que los valores normativos del presente, dentro de la Civilización Occidental, como son, el hacerse rico sin importar como, la corrupción, la violación constante de los derechos fundamentales, el nacionalismo etnofóbico, el racismo excluyente y la violencia en contra del más débil, pasen a ser parte del patrimonio que dejaremos a nuestros descendientes. Tenemos que iniciar un proceso de sensibilización y educación que nos lleve a una ética basada en el respeto a los valores de cada ser humano.

Es tiempo de iniciar un diálogo, con nosotros mismos, sobre el comportamiento ético de cada uno. Ver que la ética individual puede ayudarnos a elevar el nivel de conciencia de la sociedad. Elevar el conocimiento de todos y todas acerca del buen comportamiento público, lo ético y lo que no es ético. Como dijo la Sra. Vigdis Finnboga Dottir, ex presidenta de Islandia, en la Conferencia sobre Diálogo de Civilizaciones, organizada por la UNESCO en Kyoto, Japón: «Debemos recordar que es la gente la que elige a los gobiernos y es la gente quien debe ayudar a los gobiernos a crear la opinión en lo que concierne a la ética que queremos para guiar la sociedad moderna». Aprendiendo a pensarnos iniciaremos el proceso que nos ayudará a decidir cual es el sendero que debemos tomar como parte integral del cuerpo nacional.

Comprendo que la globalización nos ha obligado a vivir en una comunidad universal y no podemos mirar los problemas y las oportunidades con una visión local, de pueblo, regional o nacional. Pero la globalización no nos llegó ayer, ni en el Siglo XX, siempre hemos habitado un mundo global; lo único nuevo es que la información se mueve con mayor rapidez.

Es bueno recordar que tenemos mucha información que nos llega mucho más rápido, si somos afortunados y estamos conectados a las redes internacionales, pero mayor información no se convierte, automáticamente, en mayor comunicación. Aunque la información puede ayudarnos a recordar que somos parte de una civilización mundializada que contiene una gran diversidad que se mantiene unida por valores compartidos, como la libertad y el respeto.

Aprendiendo a pensar comprendemos que podemos crear una civilización que insista en reclamar respeto a los derechos humanos universales para cada hombre, mujer, niño y niña. Reconocer que tenemos deberes que cumplir y que dentro de los derechos naturales adquiridos está el de decidir la manera en que nos deben gobernar y la ética dentro de la cual debemos evaluar las acciones de los gobernantes.

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