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Durante una tenaz persecución, este lunes, miembros de la Dirección de Inteligencia M-2 de la Marina de Guerra apresaron a un supuesto traficante de cubanos hacia Puerto Rico y Miami y contra quien la justicia había emitido varias órdenes de arresto.
Se trata de Eric Theodor Holsteison Henríquez, quien tras haber sido perseguido desde el municipio de Santo Domingo Este por varios oficiales del M-2, fue interceptado por éstos mientras se desplazaba en una yipeta por la intersección de las avenidas Tiradentes y John F. Kennedy.
El supuesto traficante de ilegales trató de poner resistencia al arresto cuando se encontraba en su yipeta, marca Chevrolet Tahoe, color azul, placa G-050575, en la que se trasladaba a gran velocidad hasta que fue detenido en el semáforo de la avenida Tirantes con Kenndy.
Fue llevado de inmediato a la Dirección del M-2 de la Marina de Guerra en Santo Domingo Este y, desde allí, a la Fiscalía provincial donde un juez habría impuesto anoche, como medida de coerción, tres meses en La Victoria.
El contralmirante Luis Gerónimo Castro Hermón, comandante del organismo de inteligencia, dijo que Holsteison era buscado desde varios años atrás por haber sido señalado como jefe de una supuesta red de traficantes de cubanos al país y desde aquí a Puerto Rico y Miami.
Indicó que el apresado tenía su radio de acción en Santo Domingo, La Romana e Higuey y que contrataba los servicios de distintas personas para realizar los contactos de traer cubanos al país y desde aquí llevarlos a la Isla Mona, en Puerto Rico, a bordo de embarcaciones.
El alto oficial dijo que el pasado 24 de este mes, Holsteison Henríquez, trato de llevar a Puerto Rico a un grupo de catorce cubanos partiendo desede Bayahibe, La Romana, pero que el viaje fue frustrado por la Marina.
Por cada cubano transportado a Puerto Rico, según los informes, el apresado cobraba la suma de ocho mil dólares, dinero pagado por familiares de estos residentes en la isla.
De acuerdo a la Marina de Guerra, la captura de Holasteison , y posterior medida de coerción establecida por la justicia, es un contundente golpe que la institución da a los traficantes de ilegales.
Se dijo que desde que asumió la jefatura de la Marina de Guerra, el vicealmirante Nicolás Cabrera Arias, viene pendiendo todo su empeño en enfrentar los viajes ilegales hacia Puerto Rico y evitar la ocurrencia de tragedias de yolas en alta mar.
