Apresuramiento gubernamental ante un FMI cauteloso

Apresuramiento gubernamental ante un FMI cauteloso

A juzgar por las declaraciones de funcionarios competentes, el gobierno está siendo demasiado presto ante las recomendaciones de la misión FMI conducentes a cautelar la fiscalidad y financiamientos que penden sobre nuestra economía. Con esta presteza, sumada a precedentes, corre el riesgo de proyectar temores y debilidades al ejercicio su autoridad; sobre todo que dichas recomendaciones pueden implementarse sin provocar reacciones adversas, granjeando apoyo doméstico y sintonizando con la comunidad financiera internacional.

Con la recomendación de “reducir más rápidamente las necesidades de financiamiento” el gobierno calmaría preocupaciones por excesivos endeudamientos cuyos pagos están consumiendo más de la tercera parte de recaudaciones. Armonizando con el FMI, podrían renegociarse pagos para aliviar esta enorme carga que impide plasmar intenciones gubernamentales.

La recomendación de “ampliación de la base tributaria” puede ser compensada sin costo político con la simplificación tributaria, eliminando impuestos y disminuyendo tasas, que están informalizando agentes económicos y aumentando la evasión en perjuicio del incremento de recaudaciones y presión tributaria como tanto aspira el gobierno.

La recomendación de “menores exenciones tributarias” es compatible con las lamentaciones de autoridades quejosas de lo eufemísticamente denominado gasto tributario; pudiendo haber respondido con eliminación de exenciones clientelistas concedidas administrativamente, concitando así, grandes aplausos en amplios círculos nacionales.

La “contención del gasto” que alude el FMI es prerrequisito imprescindible para reducir necesidades de financiamiento. Faltándole la mitad de su período y con limitaciones para financiar intenciones presidenciales que no han podido plasmarse por carecer de recursos propios al consumirse la totalidad de recaudaciones en cargas fijas, la “contención del gasto” es la solución ideal. Ciertamente requerirá: reducciones burocráticas y empleomanía provocadoras de inconformidades partidarias pero compensables con conformidades ciudadanas afectadas por una administración obstruccionista; mayor vigilancia cuantitativa y cualitativa de gastos en compras de bienes y servicios lesionando intereses, rigurosa vigilancia de lo contratado o renegociaciones en función del interés nacional. Todo ello ha sido reclamado por instancias nacionales por lo que su adopción tendría gran aceptación ciudadana.

El planteamiento “ajuste tarifario automático” en la electricidad que ha sido cercenadamente interpretado como alza, pudiendo conducir a una reducción si se acompaña de la imprescindible revisión del infame y privilegiante sistema de precios de compraventa que mantiene precios altos a pesar de haberse efectuado y estar efectuándose inversiones que reducen costos de generación.

Las recomendaciones cautelares del FMI, hábilmente interpretadas pueden aprovecharse para aumentar recaudaciones, disponer de recursos propios para financiar obras, eliminar clientelismo y privilegios, justificar inversiones gubernamentales; todos generadores de dividendos políticos

Lamentablemente el gobierno se ha apresurado ante estas cautelas aparentemente guiado por temores sobredimensionados e intereses creados, sacrificando incluso su propia autoridad.

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