Aprobación CAFTA sigue en riesgo

Aprobación CAFTA sigue en riesgo

WASHINGTON, (AFP) – El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, defendió el jueves junto a seis de sus colegas de Centroamérica y República Dominicana el tratado de libre comercio, considerado la prueba de fuego de su política en Latinoamérica y cuya ratificación legislativa está en riesgo.

El acuerdo «nos ofrece una oportunidad histórica de avanzar en metas comunes en una parte importante de nuestro vecindario», dijo Bush en el rosedal de la Casa Blanca, rodeado de los mandatarios de El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y República Dominicana.

Bajo una fina garúa, Bush agradeció a los mandatarios por cabildear en favor del acuerdo (CAFTA-DR por sus siglas en inglés)  en el Congreso estadounidense. «Les aseguré que me uniré a los esfuerzos para que este proyecto de ley sea aprobado», aseveró.

Muchos legisladores demócratas y varios republicanos creen que empeorará el déficit comercial, perjudicará a las industrias azucarera y textil, y que no es lo suficientemente estricto en sus estándares laborales y ambientales en Centroamérica.

Pero si es ratificado, el acuerdo «nivelerá la cancha» para los trabajadores, empresarios y campesinos estadounidenses, abriría un mercado de 44 millones de consumidores y permitirá a Estados Unidos competir mejor con Asia en textiles, afirmó Bush.

Para Centroamérica, el CAFTA-DR representa más inversión, empleo, estándares laborales más altos para sus trabajadores y un acceso más amplio y barato a bienes y mercancías estadounidenses, añadió.

«Finalmente, para América Latina, el CAFTA traería la estabilidad y la seguridad que sólo pudo llegar con la libertad», indicó Bush, recordando la historia reciente de la región, envuelta en dictaduras y conflictos armados internos.

«No debemos tomar estas ganancias por sentado (…) Estados Unidos fue creado sobre la base de la libertad. Y cuanto más la tengamos en nuestro propio patio trasero, tanto más segura y próspera serán todas las Américas», señaló.

Los presidentes de Centroamérica y Dominicana aseguraron que Bush «está comprometido» con la ratificación legislativa del CAFTA-DR, e hicieron hincapié en que el TLC no es sólo un asunto comercial sino «una estrategia de desarrollo» que fortalecerá sus democracias y mejorará la vida de los más pobres.

«Estamos aquí por los más pobres de nuestros países y por nuestras libertades. Si no logramos esto puede estar en peligro la democracia», advirtió el presidente de Honduras, Ricardo Maduro.

El mandatario costarricense, Abel Pacheco, dijo que ve «con optimismo» la aprobación del TLC y que espera que el Congreso de su país ratifique el acuerdo pese a las «barbaridades» y «mitos muy malintencionados» propagados por algunos críticos, que dicen que los estadounidenses «se van a llevar todos los ríos» o «que vamos a perder los mares territoriales».

«Apenas comienza esta batalla, esta batalla de convencimiento», reconoció Antonio Saca, presidente salvadoreño. «Es un premio a una región democrática, a una región que quiere generar empleo», añadió, y subrayó que el TLC es importante para evitar que Estados Unidos siga recibiendo inmigrantes ilegales.

«Apelo desde aquí al Congreso de los Estados Unidos a que apruebe el CAFTA, porque es de mutuo interés», sostuvo por su lado el mandatario de Nicaragua, Enrique Bolaños.

El CAFTA-DR, que aún no ha sido ratificado por los Congresos de Costa Rica, Dominicana y Nicaragua, amplía y hace permanentes los beneficios arancelarios que la región tiene unilateralmente en el marco de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC).

También elimina los aranceles sobre más del 80% de las exportaciones estadounidenses de bienes de consumo e industriales. El 20% restante sería eliminado gradualmente en 10 años.

El acuerdo crearía la segunda área comercial para las exportaciones estadounidenses en América Latina, con un comercio bilateral de unos 32.000 millones de dólares al año.

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