Ahora que el presidente Danilo Medina expresó su disposición de participar en la Zona Económica Especial con Venezuela y tenga una mayor integración comercial con los países del Caribe, es importante insertarse como país exportador y atrayendo inversiones y turismo, que como simple importador.
En el año 2008, visité la oficina Administración de Desarrollo Rural de Corea del Sur (en inglés Rural Development Administration), que tuvo a su cargo la tarea de la investigación y la extensión de servicios especializados que convirtieron a esa nación en la quinta de mayor productividad agrícola en el mundo, luego de ser más pobre que en Haití en los años 60. Así lo expuse en el capítulo cuarto del libro El rostro de la esperanza, el milagro de Corea del Sur visto por un diplomático dominicano.
A pesar del clima adverso, con un suelo inadecuado, con terribles limitaciones económicas, esa entidad logró el desarrollo rural coreano, y lo más importante: puso a disposición del país sus más avanzadas tecnologías.
Disponen de bancos de semillas, de tecnologías avanzadas para mejorar la calidad de los granos y los vegetales. Tienen apropiado sistema de empaque, y ayudan al agricultor a la planificación de la siembra y la cosecha y le orientan en el plano financiero.
Entonces sugerimos a la Oficina de Desarrollo Rural coreana que se hiciera un acuerdo de cooperación con el país para la introducción de tecnologías coreanas que mejoren la productividad agrícola del país, incluyendo las caraotas, para que se exporte a Venezuela y se redujera así la deuda contraída en materia petrolera.
Aunque obtuve el apoyo en Corea, no lo fue así a nivel local. Observé la experiencia coreana de realizar una alianza entre el sector público, el privado y el académico para llevar a cabo investigaciones agrícolas, cuyos productos, además de satisfacer el mercado nacional, permitan aprovechar los mercados extranjeros.
Le comenté que la República Dominicana tiene una ubicación apropiada para exportar productos agrícolas y agroindustriales a las islas del Caribe. Muchos de ellos son importados desde los Estados Unidos o Puerto Rico. También a la costa oeste de Estados Unidos y al propio Haití.
Es oportuno destinar recursos del 4 por ciento a la educación para la investigación y a la planificación para el desarrollo de productos agrícolas para exportación, en especial en la nueva zona económica venezolana y la caribeña. Al promover la agricultura con avanzadas tecnologías de la cooperación internacional, a la vez que aprovechamos los mercados regionales como exportadores agrícolas y agroindustriales, estaríamos siendo, como dijera el presidente Medina, audaces y creativos en la búsqueda de nichos de oportunidad y en la superación conjunta de retos comunes.