CARACAS,  (AFP) – La Asamblea Nacional sancionó ayer una reforma constitucional impulsada por Hugo Chávez, que modifica 69 artículos de la Constitución bolivariana de 1999 para fortalecer el poder presidencial e implantar el socialismo en Venezuela, y será sometida a referendo en un mes.

 La reforma fue sancionada por 161 votos a favor y seis abstenciones de diputados del partido socialdemócrata Podemos, en el parlamento unicameral de Venezuela, íntegramente compuesto por partidarios de Chávez debido al boicot opositor a las legislativas de 2005.

 La Constitución indica en su artículo 344 que «el proyecto de reforma constitucional aprobado por la Asamblea Nacional se someterá a referendo dentro de los treinta días siguientes a su sanción». La fecha prevista para el referendo es el domingo 2 de diciembre.

 Las autoridades legislativas acompañadas por diputados se dirigieron a pie hasta la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE), a dos cuadras del palacio legislativo, y entregaron la reforma constitucional a su directiva.

 Durante los debates en la Asamblea, su vicepresidente, Roberto Hernández, enfatizó que los 7,5 millones de venezolanos (63%) que votaron por la reelección de Chávez en diciembre «estaban votando por un proyecto socialista» y añadió que «es una falacia decir que esta propuesta no ha sido discutida por el pueblo venezolano».

 El diputado Juan José Molina, de Podemos, afirmó que «no es cierto que el pueblo fue consultado» y calificó a la reforma de «propuesta subrepticia, una propuesta acomodaticia, para manejar y manipular los sentimientos del pueblo».

 El movimiento estudiantil pidió que el referendo se realice en un plazo de tres meses para que la población pueda debatir la reforma, mientras que la Iglesia, los empresarios y los rectores de las principales universidades pidieron que la reforma sea suspendida.

 El diputado Ricardo Gutiérrez de Podemos afirmó que «el presidente propone un nuevo texto constitucional que acumula en sus manos tanto poder político, económico, social y militar, que no tendrá nada que ver con un presidente de una republica bolivariana» y llamó a defender la Constitución de 1999.

 Hernández recordó que Venezuela «enfrenta al imperio más poderoso de la historia, lo que no es cualquier cosa. El Imperio no tiene ningún género de escrúpulos en utilizar cualquier medio para acabar con la revolución, que ya no se trata de un proceso exclusivo de Venezuela».