NUEVA YORK (AFP).- La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó este miércoles por unanimidad una Convención internacional para la represión del terrorismo nuclear que da a la comunidad internacional un marco legal para combatir esta amenaza.

Tras siete años de negociaciones y en un clima propicio a la adopción de nuevos instrumentos contra el terrorismo, el proyecto de esta Convención fue adoptado el 1 de abril en comisión especial y este miércoles la Asamblea General hizo lo mismo por consenso y sin llegar a votarlo.

Se trata «del primer instrumento legal internacional (…) adoptado por la Asamblea General tras los atentados del 11 de septiembre» de 2001, recordó el representante de India, Nirupam Sen.

La adopción «es un paso adelante vital en los esfuerzos multilaterales para prevenir el terrorismo», dijo Fred Eckhard, portavoz del secretario general Kofi Annan, y «ayudará a evitar que los grupos terroristas tengan acceso a las armas más letales que la humanidad ha conocido».

Se trata de la decimotercera convención internacional sobre terrorismo adoptada por la ONU, con la particularidad, destacada por el representante ruso Alexander Konuzin, de que es «la primera vez que una convención sobre terrorismo se concentra en la prevención y no es adoptada tras la comisión de un acto terrorista».

«La adopción de esta convención proporciona bases legales sólidas para incrementar la cooperación internacional» y para «proteger instalaciones nucleares civiles y militares», añadió.

Por su parte, el representante de Estados Unidos, Stuart W.Holliday, afirmó que «la Asamblea General ha demostrado que, cuando cuenta con la voluntad política, puede jugar un rol importante en la lucha contra el terrorismo».

Cuando entre en vigor, continuó, el texto «fortalecerá el marco legal internacional para combatir el terrorismo» y sentará una «base legal para la cooperación internacional».

El texto está compuesto por 28 artículos, el segundo de los cuales enumera los casos que serán constitutivos de delito de terrorismo nuclear.

Entre otros caso, la Convención afirma que comete delito quien, «ilícita o intencionalmente» posea «material radioactivo o fabrique o posea un dispositivo con el propósito de causar la muerte o daños corporales graves o con el propósito de causar daños considerables a la propiedad y el medio ambiente».

También comete un crimen quien «utilice en cualquier forma material radioactivo o un dispositivo o utilice o dañe una instalación nuclear en tal forma que provoque la emisión o corra el riesgo de provocar la emisión de material radioactivo».

Además, el texto brinda definiciones precisas de términos como «material radioactivo», «material nuclear», «uranio enriquecido» e «instalación nuclear» entre otros.

La mayoría de los ponentes en la sesión de este miércoles dieron las gracias a México por haber propuesto a principios de abril el lenguaje que acercó a las dos posturas encontradas en la cuestión de la aplicación de la Convención en caso de conflicto armado entre dos países.

El embajador de Pakistán, Munir Akram, cuyo país cuenta con la bomba atómica al igual que India, su vecino y rival por el control de la región de Cachemira, dijo que la estrategia contra el terrorismo debe ocuparse de las causas del terrorismo como «la ocupación extranjera, la negación del derecho a la autodeterminación y la injusticia política by social».

El proyecto de Convención fue primero elaborado y presentado por Rusia en 1997 y en su versión definitiva se llama «Convención internacional para la represión de los actos de terrorismo nuclear».

«Somos de la opinión que el terrorismo puede sólo combatirse apropiadamente a través de una respuesta coordinada por la comunidad internacional y dirigida de acuerdo a los principios de la ley internacional», dijo una representante de Trinidad y Tobago hablando en nombre de los países latinoamericanos y el Caribe.

La Convención será presentada para la firma de los presidentes y jefes de Estado a partir del próximo 14 de setiembre, cuando se encuentren en la cumbre a celebrarse ese mes en Nueva York para tratar la reforma de la ONU.