Apruebe ahora y aprenda después

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La sociedad civil dominicana ha ido tomando consciencia de que a pesar del crecimiento económico sostenido que ha tenido el país en la última década,  no podremos alcanzar el desarrollo porque unos de los pilares en que descansa el mismo es la educación.

Cada día, las personas de las diversas capas sociales que integran nuestra sociedad se van integrando a la demanda contra el gobierno de más inversión para la educación. La  mejor prueba  fue el concierto de la semana pasada en la Plaza España donde se dieron cita, a pesar de la lluvia, miles de compatriotas, en su mayoría jóvenes, para protestar y a la vez demandar el cuatro por ciento del PIB para la  educación en una nueva modalidad de protesta en paz,  sin violencia pero que de seguro, irrita e irritará aún más al gobierno y sus acólitos.

Estamos viviendo una época en que se están produciendo cambios importantes y uno de ellos es la nueva modalidad de protesta que han estado practicando los dirigentes del movimiento en pro de mayor inversión para la educación. Ojalá que esta nueva modalidad sea acogida por otros grupos de la sociedad para demandar mejoría para la salud, viviendas, alimentación, seguridad social, seguridad ciudadana, en fin, para la inversión social de primer orden que necesita el país para desarrollarse y no tener que depender de las prebendas como el bono gas, tarjeta de solidaridad y otras dádivas para mantener el control de los más pobres.

Un ejemplo del deterioro de la educación en el país acaba de ocurrir en estos días, donde un colega, jefe de un departamento especializado de un hospital de enseñanza al comenzar a leer un proyecto de tesis, lo rechazó cuando apenas acababa de leer el cuarto párrafo. Los errores gramaticales escritos fueron los siguientes: baron, embra, taya, ormonas, alcansan, adolesensia, precos, concidera.

Y, me pregunto, ¿cómo es posible que un profesional que quiere hacer su tesis para recibir el título de especialista pueda tener tantas faltas ortográficas como las descritas?  Traducen estas faltas a la pobre lectura que ha desarrollado durante sus mejores años de vida. Y, ¿a qué conduce esta falta de lectura? A que por practicidad, este médico se podrá hacer un buen técnico pero no podrá utilizar el conocimiento escrito por otros, para analizar con su cerebro e imaginar la forma de crear o mejorar algún procedimiento o búsqueda para resolver una de las tantas incógnitas que nos faltan por descubrir en medicina. En fin, será un técnico más, pero no contribuirá con el desarrollo de su profesión y por ende con el desarrollo de su país.

A pesar de que el Congreso Nacional desoyó a la sociedad que reclamaba el cuatro por ciento del presupuesto para la educación antes de que aprobaran el próximo presupuesto, y el Presidente de la Nación también hizo caso omiso a los reclamos porque sus prioridades son las obras no prioritarias y costosas por demás, en que se enriquecen sus compinches, la demanda por una mejor educación va en aumento y será tema de campaña para las próximas elecciones.

Ya es hora de invertir en la gente como decía el gran líder político José Francisco Peña Gómez, y estoy plenamente convencido que la gente votara por el candidato que perciba que podrá invertir en obras que favorezcan el desarrollo social y por ende en el desarrollo del país.

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