Con la sorpresiva victoria del “Brexit” el 24 de junio, caen las bolsas mundiales, la libra esterlina, el euro y monedas emergentes. El dólar y el yen se aprecian. Por la globalización y porque en el comercio mundial el Reino Unido (RU) es peso pesado, el “Brexit” afecta a todos los países, unos más que a otros. Por el turismo, República Dominicana podría estar en el segundo grupo, el costo limitado por el poco flujo bilateral de bienes, servicios y capitales.
Desde el viernes negro 24, en el mercado local se acelera la demanda de dólares, por si acaso algunos anticipan sus compras, otros apuestan contra el peso y el Banco Central (BC). Los últimos intentan importar la volatilidad que acompaña a algunas divisas para obtener ganancia rápida, comprando el dólar a un precio y vendiéndolo más caro. Pescar en el revuelto río del “Brexit”, provocando la burbuja especulativa a la que correctamente se refirió el gobernador del BC.
Opinan diferente la Asociación de Bancos Comerciales y los Industriales de Herrera. Para el primero se trató de un evento estacional y estructural para el segundo, análisis que considero complacientes. No fue una cosa ni de la otra. Vuelvo a mi explicación, documentada, además, por estadísticas históricas, sugieren estabilidad del mercado cambiario durante el verano. Por ejemplo, la tasa de cambio se depreció apenas 0.4% del 31 de mayo al 8 de julio, es decir, no evidencia exceso de demanda de divisas, pero tampoco de pesos, porque el medio circulante ampliado aumentó solo 5.4% de diciembre al 4 de julio.
De haberse permitido que el peso se devaluara, una consecuencia hubiese sido aumento de la prima de riesgo país y encarecimiento del endeudamiento en el exterior. La burbuja especulativa se desinfla cuando el BC recuerda que tiene reservas netas internacionales acumuladas por $5,286 millones de dólares, que la economía opera bajo un régimen de flotación administrada y vende a los bancos comerciales $150 millones de dólares.
Divisas que tienen un costo para el país. Me refiero a la diferencia entre el interés que gana en el exterior, por cierto muy poco por el bajo nivel de los tipos, y el que paga el BC por los certificados que recogieron pesos emitidos para comprar las divisas. Costo, sin embargo, más que superado por los beneficios, la intervención cambiaria evitó volatilidad en el ciclo económico de crecimiento económico, que se devaluara la tasa de cambio y se reflejara en mayores niveles de riesgo país, con aumento de costo del endeudamiento en dólares, cuando sucede lo contrario en el mercado internacional.
En efecto, la semana pasada el rendimiento del bono del Tesoro de Estados Unidos a 10 años cayó al mínimo histórico de 1.367%, lo que impacta positivamente nuestra prima de riesgo país y costo de la deuda externa. Recordemos, el 29 de enero vendimos bonos por $500 millones de dólares con un rendimiento de 6.875%, y el 29 de junio pasado colocamos igual cantidad y el rendimiento se redujo a 5.6%.
Las autoridades deben mantenerse vigilantes ante el “Brexit”, porque representa un riesgo hacia la baja para las economías y por lo inédito nadie está en condiciones de calcular el costo con un mínimo de credibilidad.