Los voceros, estrategas y principales auspiciadores de la candidatura de Danilo Medina están apostando a un solo número para ganarse la lotería, o lo que es lo mismo, las elecciones de mayo próximo. Y ese número es ¨”los errores de Hipólito Mejía”. El problema es que los jugadores contrarios apuestan a muchos números.  Mientras el número de los danilistas no sale ni en aproximación, los números contrarios se pegan casi a diario. Veamos por qué. Los aumentos desproporcionados, arbitrarios y violadores de la ley que hace el Gobierno cada semana en los precios de los combustibles, es un número ganador que no falla. Y aunque el petróleo baje US$20 dólares el barril, la gasolina estará  muy por encima de los RD$200 el galón, porque ese precio tiene un nuevo impuesto totalmente ilegal, del cual el Gobierno ya no puede prescindir.

Otro número salidor es ver cómo el impopular y degastado Gobierno de Leonel Fernández tiene amarrado de manos, pies y cabeza al pobre Danilo y es un hecho que jamás podrá zafarse de esa atadura. Las encuestas más creíbles muestran que el 80% de la población esta jarta del PLD y su gobierno y ven en la inflación, la delincuencia, la corrupción y el desempleo un panorama aterrador, con un futuro aun más aterrador.

La otra viga es la gente del entorno de Danilo. Ya anunciado su equipo de estrategia, vemos que son los mismos depredadores que han acompañado a Leonel Fernández, lo que apunta claramente a que su Gobierno será una continuación del actual, por más que quiere mostrar lo contrario. Es la misma gente que ha usado los recursos del Estado para perpetuarse en el poder y enriquecerse. La misma gente que ha corrompido la administración pública, llenándola de nominillas para hacer proselitismo. La misma gente que ha mentido sistemáticamente para mostrar un país inexistente y que ocupa los peores lugares en el ranking mundial de cualquier cosa que se mida. La misma gente que se ha burlado abiertamente de las expectativas ciudadanas.  

Un número que da mucho dinero es la crisis económica a que nos ha conducido esta administración por el despilfarro público y la corrupción, agravada por un entorno internacional que se desliza nuevamente hacia una recesión, o en el mejor de los casos, un crecimiento muy lento en los próximos años. Ahora que recibió unos chelitos del FMI y de los Bonos Soberanos, el Gobierno se siente un poco aliviado porque dispone de algunos medios para desenvolverse. Pero esperen unos tres meses a que se le acabe el dinero y llegue diciembre y después febrero del 2012, cuando concluye el acuerdo con el FMI. Serán meses de grandes sufrimientos, hundiendo aun más las expectativas de Danilo, porque ya no habrá nuevos préstamos para seguir financiando todas sus fechorías y ni hablar de cubrir los grandes déficits internos y externos que ahogan las finanzas publicas.  

Pero estos demonios son tan insaciables que ya hablan de un Corredor Duarte II, cuando le quedan 9 meses de Gobierno, y todo para buscar el dinero que financiará la próxima campaña electoral. Como dice el dicho popular, “la mona aunque se vista de seda, mona se queda”.

Finalmente, juegan al error del contrario sin contar el propio. Cada vez que Danilo habla de corrupción sus adeptos tiemblan y de inmediato tienen que callarse la boca y dejar el tema en el olvido. Lo mismo ocurre cuando habla de pobreza, desempleo o delincuencia, como si gobernara un partido opositor.   

Apostando a un solo número, no se ganan elecciones, ni con Mandrake el Mago ayudándolo.