JOSÉ M. RODRÍGUEZ HERRERA
Potosí, principal núcleo económico en tiempos del imperio español en América por su extraordinaria riqueza minera y abundantes yacimientos de plata, constituye actualmente el centro industrial más importante de Bolivia.

Capital del departamento del mismo nombre, al sur de Bolivia, Potosí es una de las ciudades más altas del mundo, pues se halla situada a 3,970 metros sobre el nivel del mar, en una meseta fría y desértica sobre la que se levanta el cerro Potosí, de grandes riquezas argentíferas.

La explotación del cerro, cuyos yacimientos de plata habían sido descubiertos en 1545 por el indio Huallpa, fue iniciada, ese mismo año, por el español Diego de Villarroel. Potosí -cuyo nombre parece derivar de la palabra quechua “potojchi” (trueno), aplicando al cerro a causa de los sonidos retumbantes que provenían de su interior- fue fundada aquel mismo año no tardando en convertirse en la ciudad de más acelerado crecimiento de la América española. En 1553 adquirió el rango de villa imperial, y de 1572 data la constitución de la bella Casa de la Moneda. A principios del siglo XVII, Potosí tenía más de 120.000 habitantes, y cuarenta mil más al mediar el siglo.

El hallazgo de cinabrio en la localidad peruana de Hueancavelica y la adopción de la técnica de la amalgama en 1571 aumentaron la producción de plata de la ciudad que, entre 1572 y 1650, experimentó un periódico de gran riqueza, al tiempo que sus preciosos metales permitieron a España convertirse en la principal potencia económica y militar de la época. Sin embargo, las inhumanas condiciones laborales de la mano de obra indígena empleada en la explotación de las minas, sometidas a las reglamentaciones de la mita (trabajo forzado pero pagado), y las guerras civiles que estallaron en Potosí desde 1615 entre los criollos y los españoles recién llegados de la metrópoli contra los vascos, a quienes el régimen central favorecía, marcaron el comienzo de la decadencia de Potosí.

Posteriormente, sin embargo, Potosí volvió a renacer, gracias, sobre todo, a sus actividades industriales, favorecidas por los ricos yacimientos de estaño y tungsteno ubicados en sus proximidades. Son importantes las fábricas de bebidas no alcohólicas, muebles y aparatos eléctricos, así como las plantas de refinación de metales como el plomo, el hierro y la plata.