RIBADESELLA (ASTURIAS).
Antaño importante puerto pesquero y comercial, Ribadesella, situada en la costa oriental asturiana, en la desembocadura del Sella, es célebre como villa turística y salmonera y, sobre todo, como destino final del colorista Descenso Internacional. En efecto, la desembocadura del río Sella determina la fisonomía de la villa, que extiende a su orilla. El núcleo originario de la población ocupa la margen derecha, mientras que en la izquierda se ubican las nuevas urbanizaciones, relacionadas con el desarrollo de la actividad turística a partir de los años veinte. En primera línea del extenso arenal de Santa María se alzan espléndidos palacetes de recreo de principios de siglo. Además, alberga Ribadesella una de las más interesantes muestras del arte parietal de la Península.  Hay numerosas sidrerías y tascas tanto junto a la ría como en el casco viejo, una de las más bulliciosas y con más soleras es Casa Gaspar. El primer sábado de agosto los piragüistas disputan el célebre Descenso Internacional del Sella, que aquí termina. 

HISTORIA

La comarca estuvo poblada desde la prehistoria, como atestiguan  importantes yacimientos de  cuevas. A través de los textos de Mela y Estrabón se sabe que el río Salia o Saelia (Sella) fue frontera natural entre tribus. Vestigios de época romana se han localizado en distintos puntos del concejo y en la misma capital. Ribadesella fue fundada por carta puebla en 1270. La principal actividad de la población fue la pesca, favorecida por las condiciones naturales de su puerto.

En la segunda mitad del siglo XVIII se planificó una ampliación portuaria que hubiera convertido la villa en el primer varadero asturiano, pero el proyecto se abandonó tras la aprobación del trazado de la carretera de Castilla por el puerto de Pajares en vez de por el del Pontón.  La actividad portuaria fue decreciendo a lo largo del siglo XX y, en la actualidad, el muelle se encuentra prácticamente abandonado.