Apuntes de bolsillo

Apuntes de bolsillo

JOSÉ M. RODRÍGUEZ HERRERA
El PORTICO DE LA GLORIA. A partir del siglo XI, los templos (en España) se convierten en exponentes del arte. En ellos hay que buscar la escultura, exaltada como vehículo del simbolismo en piedra. Es asombrosa la variedad de motivos que ofrece la escultura romántica española, sobre todo en los capiteles y en las portadas.

La obra maestra de esta escultura, sin rival en el mundo y de la segunda mitad del siglo XII, es el Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago de Compostela, del genial maestro Mateo, conjunto polícromado, lleno de expresión y fruto de una imaginación vigorosísima.

PINTURA.- El siglo XVII es el del apogeo del arte pictórico español. La escuela nacional de pintura se caracteriza por su naturalismo, su exaltación de la vida misma y la admisión de la luz para destacar y despegar las figuras de los fondos, estilo que respondía a una natural reacción cuya iniciativa se halla en Navarrete.

Solo es posible citar, por su número, a maestros excepcionales como Francisco Ribalta y José Ribera, llamado el Españoleto, ambos valencianos; a los artistas de la escuela sevillana, Zurbarán, pintor de la vida devota, dueño de un colorido luminoso y rico y excelente retratista; a Velazquez, el pintor más grande de España y una de las primeras figuras de la pintura mundial, espíritu sereno y observador, que supo llevar a sus cuadros la sensación aérea del ambiente, como si fuese posible circular entre los términos perspectivos en ellos representados, colorista delicado y maestro inimitable en las tonalidades grises y perlíneas, que produjo obras admirables, como las Meninas, Las Hilanderas, La Rendición de Breda, Cristo crucificado y magníficos retratos de grandes personajes y de pícaros; Alonso Cano, de arte ecléctico, creador de tipos; Murillo, delicado en sus temas, amable en sus composiciones religiosas y de paleta fluida, uno de cuyos temas predilectos fue el de la Inmaculada; entre sus obras más notables se hallan la Visión de San Félix de Cantalicio, Santas Justa y Rufina, del Museo de Sevilla.

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