OCTAVIO PAZ, también diplomático, también marcado por la impronta surrealista, la aventura experimental y el marxismo, el mexicano Octavio Paz añadió además a su formación un bagaje poco usual: el contacto con las culturas orientales, a raíz de una larga estancia en la India. Este horizonte múltiple nutrió una trayectoria literaria que podría resumirse como una búsqueda de arraigo y de huida de soledad.  La poesía de Paz sería concebida como el instrumento con que el hombre moderno es capaz de romper con la radical soledad que lo envuelve hasta lo agobiante, en una sociedad que casi ha imposibilitado el amor y la hermandad respecto de los semejantes.  El anhelo de arraigar en otras vidas (de lo cual derivan en ocasiones grandes intensidades eróticas) se resolvió en un lirismo dirigido a restablecer la perdida unidad humana; unas veces sus poemas acogieron impulsos de destrucción, otras la expresión de una fe redentora o revolucionaria.

Los libros principales en los que reunión sus series de poemas, Libertad bajo palabra (comprende los escritos entre 1935 y 1957), Salamandra (de 1958 a 1961) y Ladera Este (hasta 1968), incidieron en el poder casi mágico de la palabra.

El lenguaje liberado tiene una capacidad para mostrar “el otro lado de las cosas”, lo irracional.

Culminó así en Octavio Paz el esfuerzo de las vanguardias. En 1990 sale a la luz Poemas 1935-1988, recopilación de su obra poética hasta 1988.

Su notable influencia en la lírica española de las últimas décadas volvió a ilustrar las estrechas conexiones entre las literaturas en lengua castellana de ambos lados del Atlántico.

RUMOR: Algo que va espesándose conforme se propaga.