JOSÉ M. RODRÍGUEZ HERRERA
JUAREZ (Benito). Estadista mejicano, de raza indígena zapoteca, nació en San Pablo Cuelat (Oaxaca) (1806-1872). Fue gobernador de este estado y presidente de la Suprema Corte de Justicia, que le daba rango de vicepresidente de la República, con cuyo carácter se opuso al golpe de Estado del presidente Ignacio Comonfort, defendiendo la integridad de la Constitución de 1857, negándose a reconocer al presidente Zuloaga, lo que dió origen a la guerra civil que terminó con el triunfo de Juárez en 1861.

Elegido presidente de la República, llevó a cabo la nacionalización de los bienes del clero y dictó un cuerpo de leyes avanzadas que se conocen con el nombre de leyes de Reforma. Luchó con el ejército francés que quiso imponer en Méjico como emperador a Maximiliano de Habsburgo, y, aunque derrotado muchas veces, no depuso las armas hasta lograr la aprehensión del propio Maximiliano en Queretaro. El emperador fue fusilado en 1867. Juárez murió después de breve enfermedad, cuando había sido reelegido para la presidencia. Fue él quien sentenció, en frase lapidaria: El respeto al derecho ajeno, es la paz.

SHAKESPEARE (Guillermo). Dramaturgo inglés (1564-1616), nació en Stratford del Avon; ya adulto se trasladó a Londres, donde se dedicó a escribir poesía (los poemas Venus y Adonis y Lucrecia); años después, los famosos y discutidos Sonetas y obras dramáticas; inició la serie de sus dramas de historia inglesa, que fueron diez, desde el Rey Juan hasta Enrique VIII, y de sus catorce comedias, entre las cuales se distinguen: El mercader de Venecia, como gusteis, la Fierecilla domada, Sueño de una noche de verano, la duodécima noche y las alegres comadres de Windsor. A sus obras de juventud pertenecen también la tragedia Romeo y Julieta; obras de plenitud son las tragedias Julio César (1601), Hamlet (1602), Otelo (hacia 1604), El Rey Lear (1604), Antonio y Cleopatra y Mcbeth (hacia 1606). Sus últimas obras son: Cimbelino, Cuento de invierno, y La tempestad (1611), que es como su despedida. Fue actor, y llegó a ser uno de los principales socios del Teatro del Globa. Hacia 1611 se retiró rico, a vivir en Stratford.

Su obra dramática es la más profundamente humana que existe en la historia de la Literatura. Es, además, hondamente poética.