Apuntes de bolsillo

Apuntes de bolsillo

JOSÉ M. RODRÍGUEZ HERRERA
MARCEL PROUST
nació en París el 10 de julio de 1891. Hijo de Adrien Proust, un importante médico y profesor, y de Jeanne Wel, perteneciente a una acaudalada familia de origen judío, fue educado en las dos creencias de sus padres, la católica y la judía; sin embargo, no hubo imposiciones ni tensión algunas, y esta armónica dualidad espiritual dejó una importante huella en la diversidad de su obra literaria. Se formó en el Liceo Condorcet, donde manifestó una acusada inclinación por el estudio de las humanidades y dio muestras de su inteligencia y sensibilidad. Sin embargo, su salud se resintió alrededor de los nueve años cuando se le manifestó una grave crisis asmática que se reveló posteriormente como un mal crónico: para el escritor, la primavera era el anuncio de la fiebre del heno que lo aquejaba y le exigía reclusión y cuidados.

Tras cumplir un año de servicio militar (1889-90), se matriculó en la facultad de derecho y en la Escuela Libre de ciencias políticas -quizá tentado por la carrera diplomática-, más por complacer los deseos de su padre que por propia vocación, pues en aquellos años ya era firme su decisión de consagrarse a la literatura. No llegó a sentirse verdaderamente interesado por las leyes, por lo que terminó abandonando las aulas para entrar a formar parte de una sociedad de jóvenes escritores -Halevy, Flers, Gregh, Dreyfus- que se dedicó con ahínco a la fundación de una revista cultural, Le Banquet, que pronto obtendría una importante repercusión entre la intelectualidad de la época. Fue la primera incursión de Proust en el mundo del periodismo, una actividad en la que después destacaría, gracias a los artículos que publicó en La Revue Blanche y en el diario Le Figaro, donde expresó sus acertados comentarios sobre la literatura y el acto de la creación artística.

En 1983, gracias a su amistad con el poeta Robert de Montesquiou, Proust se introduce en las salones aristócratas más selectos de la capital francesa. En este ambiente se reunían sofisticados nobles con los más prestigiosos intelectuales de la época. La atracción por este mundo se plasma en los placeres y los días (1896). El libro iba precedido de un elogioso prólogo de Anatole France, uno de los más importantes literatos franceses de finales del siglo XIX, y llevaba ilustraciones de Madeleine Lemaire. Algunos de los textos poéticos que también se incluyen en el volumen fueron musicados por Reynaldo Hann, íntimo amigo de Proust.

En esos años se interesó especialmente por los escritos del crítico de arte, filósofo e historiador inglés John Ruskin, de quien tradujo al francés dos de sus obras: La Biblia de Amiens y Sésamo y lirios.

Publicaciones Relacionadas