Apuntes de Bolsillo

Apuntes de Bolsillo

JOSÉ M. RODRÍGUEZ HERRERA
Por eso mismo -sigue diciendo el historiador portugués- la preocupación constante de don Enrique era doblar el cabo Bojador. En 1433 mandó preparar una carabela cuyo mando dió a Gil Eanes, su escudero, para que traspusiese el cabo. Gil Eanes siguió la ruta de costumbre, pero no tuvo la audacia suficiente para pasar adelante. Al año siguiente fue preparada otra expedición, y don Enrique hizo la misma recomendación; se realizó otro viaje para el gran paso. Gil Eanes, llegado allí se decidió al fin abandonar la costa, marchar al Oeste y seguir al margen de la sábana de espuma. Así llegó a su extremo; hacia el mediodía tornaba a mostrarse las olas del mar glauco, por la popa, muy lejos, la tierra desaparecía en el horizonte de brumas; el piloto triunfante arrumbó al Sur (1434).

Solamente el arrojo, que él consideraba suicida, del joven Gil Eanes, empeñado, aún a riesgo de perecer en la demanda, en reconquistar el favor del príncipe, con el cual había caído en desgracia, y la genial terquedad de éste, hicieron posible la hazaña que inició el período de los grandes descubrimientos. Pero si esto era grande y heróico en aquella fecha, la admiración sube de punto si se retrocede un siglo y se piensa en los intrépidos mallorquines que en los comienzos el siglo XIV realizaron quizá la misma hazaña (de la cual probablemente ya no había noticia en el siglo XV) de internarse en el pavoroso y espumante mar, de supuestas aguas en ebullición.

De tales expediciones, muy anteriores al 1400, hay pruebas positivas en lo que se refiere a fechas posteriores al 1300; pues ciertos relatos sobre expediciones más remotas no ofrecen garantía de autencidad. Existe un relato de fines del s. XIII en que se da noticia de los genoveses Vilvaldi y Usodimonte, que llegaron hasta Guinea; pero según el escrupuloso Gunther «no parece que ofrezca completa autoridad».

Son, por el contrario, de indubitable probatorio algunos documentos como el de la expedición de los navegantes franceses de Dieppe, subvencionado por los comerciantes de Rouen, que se supone pasó del cabo Bojador en 1364, y llegó hasta Guinea.

Publicaciones Relacionadas