JOSÉ M. RODRÍGUEZ HERRERA
La Puerta del Sol es una plaza que se encuentra en pleno centro de Madrid y no ha perdido su vitalidad, a pesar de sus siglos de historia. Justo delante de la Presidencia de la Comunidad Autónoma de la ciudad, se encuentra una losa que marca el kilómetro cero de las carreteras españolas. Conocida simplemente como Sol, debe su nombre a un castillo que fue destruido en 1520, durante la guerra de los Comuneros.

En el punto en que desemboca la calle del Carmen se encuentra una estatua de bronce que representa el oso y el madroño, símbolo de la ciudad y uno de los lugares preferidos de los madrileños, junto con el kilómetro cero, como punto de encuentro.

El oso y el madroño simbolizan los derechos forestales  otorgados a Madrid en el siglo XV.

En 1919 se abrió en España la primera línea de metro, que iba desde la estación de Sol, rumbo norte, hasta cuatro caminos, zona esta última donde residen miles de dominicanos, con bares, peluquerías, colmados, casas de cambio, teléfonos, etc.

La Puerta del Sol, plaza siempre bulliciosa, es zona de tránsito de los que van de compras a los grandes almacenes de El Corte Inglés o, si han trasnochado, es tradicional hacer una última parada antes de llegar a casa y tomar un chocolate con churros, en la chacolotearía San Gines (Pasadizo de San Gines), cerca del Teatro  Real (metro de Opera). Desde 1894 este establecimiento sirve chocolate caliente con churros, que cae muy bien en las madrugadas invernales.

Miles de personas acuden a Sol en Nochevieja para recibir al año nuevo; la costumbre asociada a esta cita es tomar doce uvas al son de las campanadas del reloj que hay en la plaza.