Apuntes de bolsillo

Apuntes de bolsillo

POR JOSÉ M. RODRÍGUEZ HERRERA
En 1870, tras su derrota en la Guerra Franco-prusiana, Napoleón III se vio obligado a abdicar. En marzo de 1871, parte de la población parisina (republicanos de izquierda y obreros), creyéndose traicionada por sus dirigentes, se alzó en armas (cañones de Montmartre) y proclamó la Comuna de París. La burguesía y el ejército abandonaron la ciudad, pero dos meses más tarde comenzó la gran represión: Durante la llamada “semana sangrienta” murieron más de 20,000 personas, mientras que varias decenas de miles fueron encarceladas o deportadas a la Isla del Diablo, en la Guayana francesa.

Poco a poco se reconstruye París sobre los planos diseñados por Hausmann. En la misma época, se produjo una extraordinaria eclosión de las artes que influyó de manera decisiva en la historia europea. A finales del siglo XIX, artistas como Degas, Renoir, Monet, Seurat, Cézanne, Van Gogh y Matisse llevan la pintura a horizontes hasta entonces desconocidos. La música y la literatura experimentaron una revolución similar: Compositores como Debus y Ravel y escritores como Zolá y Mallarme alcanzaron fama mundial.

Por su parte, la innovación arquitectónica se tradujo en el movimiento “art nouveau”, que se extendió por toda Europa. Las Exposiciones Universales de 1899 (inauguración de la Torre Eiffel) y de 1900 pusieron de manifiesto el crecimiento comercial e industrial de Francia.

Tras la I Guerra Mundial, París se confirmó como uno de los principales destinos turísticos. Los americanos llegaban en riadas. La vida bohemia hace de París un foco de atracción, al tiempo que confirma el marcado carácter cultural de esta ciudad que no sólo acoge a quienes la visitan temporalmente, sino también a quienes se afincan en ella, fundamentalmente artistas de todas las disciplinas, atraídos en particular por la zona de Montparnasse.

Como por milagros, París salió poco afectada por ambas guerras mundiales. En las últimas décadas se han realizado proyectos arquitectónicos de gran envergadura y los diferentes barrios han visto la transformación de su fisonomía. La inmigración de todas partes del mundo ha alterado la geografía de la capital, incidiendo a un tiempo en la característica diversidad cultural de la capital francesa.

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